DA: La Palma, otra vez, mejor que el Tenerife.
El trasvase del verano de cinco jugadores y técnico de la UB al Rural no surtió el efecto deseado.

Norberto Chijeb / Santa Cruz
Sin siquiera llegar al mes de mayo, los dos equipos canarios de la LEB han puesto fin a su actividad deportiva tras protagonizar, mirando su historia y sus recursos dos campañas bien diferentes, por mucho que el objetivo conseguido haya sido el mismo para los dos, la simple permanencia en la categoría, que para los palmeros no es poco y para los tinerfeños un consuelo que sólo habla del deterioro que sigue produciéndose en un club hecho para jugar en ACB y que pasa ahora mismo por una reconstrucción, social y deportiva, que mucho me temo tardará en cristalizar si es que de aquí en adelante el posible ascenso del Canarias y la Fundación le dejan seguir con vida. Tiempo al tiempo.
Tras el descenso de la Liga ACB, el Tenerife Rural ha ido cayendo paulatinamente en la clasificación, al mismo ritmo que ha ido bajando su presupuesto. Si el proyecto de dos años iniciado con Alfredo García y Ángel Jareño sólo duró uno, el primer año del encabezado por Rafa Sanz no ha levantado pasiones. La limpia de plantilla (sólo quedó Iván Rodríguez) y cuerpo técnico se trató de reactivar con la conquista de aquellos que terminaron como una moto en La Palma. Cinco jugadores (Barbour, Virgil, Edu Sánchez, Francis Sánchez y Ion Kortaberría) y un entrenador (Rafa Sanz), que lograron situar el curso pasado a la UB por encima del Tenerife Rural, lo mismo que han logrado en esta recién concluida temporada. Ni siquiera con ese trasvase el Tenerife Rural ha terminado por encima de la UB; es más, si hubo algún equipo que estuvo en puestos de play-offs y llegó a soñar con ellos ese fue el de Eloy Doce.
El equipo palmero hizo una pretemporada nefasta y muchos éramos los que pensábamos que la UB era un serio candidato al descenso. Así sucedió en las primeras jornadas, pero pronto Eloy Doce dio con la tecla, que unido al gran rendimiento de sus interiores, Albert y el sorprendente Wachsmann, hicieron crecer a un equipo con el carácter de Sebas Arrocha y con la veteranía y calidad de André Turner, el único refuerzo de la temporada que significó que la UB estuviera coqueteando con meterse entre los ocho elegidos justamente hasta que jugó en el Santiago Martín hace tres semanas.
Curiosamente, pese a terminar con 16 victorias y 18 derrotas, en el puesto decimoprimero (uno menos que el curso pasado), dos más arriba que el Tenerife Rural ( este año 14-20; el pasado, 15-19), la continuidad de Eloy Doce en el equipo palmero está prácticamente descartada. Sus declaraciones sobre el colectivo arbitral en las últimas jornadas enfriaron su relación con el presidente Carlos Toledo, lo que unido al anuncio de ponerse en el mercado ante la falta de oferta del club, ha roto, al menos por ahora, cualquier atisbo de renovación.
Rafa Sanz, sin embargo, pese a los malos resultados -él mismo apuntó hacia los play-offs como objetivo- seguirá ejerciendo de constructor del equipo -no le gusta eso de director deportivo- y de director técnico del mismo, en el que seguirán los canarios Oliver Arteaga e Iván Rodríguez. Los Sánchez tienen oferta para renovar, al igual que Antwain Barbour, la única nota positiva de color tinerfeñista en una temporada más que discreta, mediocre. Barbour terminó tercero entre los anotadores, con una media de 18.1 puntos y décimo entre los más valorados con una media de 16 puntos.

Norberto Chijeb / Santa Cruz
Sin siquiera llegar al mes de mayo, los dos equipos canarios de la LEB han puesto fin a su actividad deportiva tras protagonizar, mirando su historia y sus recursos dos campañas bien diferentes, por mucho que el objetivo conseguido haya sido el mismo para los dos, la simple permanencia en la categoría, que para los palmeros no es poco y para los tinerfeños un consuelo que sólo habla del deterioro que sigue produciéndose en un club hecho para jugar en ACB y que pasa ahora mismo por una reconstrucción, social y deportiva, que mucho me temo tardará en cristalizar si es que de aquí en adelante el posible ascenso del Canarias y la Fundación le dejan seguir con vida. Tiempo al tiempo.
Tras el descenso de la Liga ACB, el Tenerife Rural ha ido cayendo paulatinamente en la clasificación, al mismo ritmo que ha ido bajando su presupuesto. Si el proyecto de dos años iniciado con Alfredo García y Ángel Jareño sólo duró uno, el primer año del encabezado por Rafa Sanz no ha levantado pasiones. La limpia de plantilla (sólo quedó Iván Rodríguez) y cuerpo técnico se trató de reactivar con la conquista de aquellos que terminaron como una moto en La Palma. Cinco jugadores (Barbour, Virgil, Edu Sánchez, Francis Sánchez y Ion Kortaberría) y un entrenador (Rafa Sanz), que lograron situar el curso pasado a la UB por encima del Tenerife Rural, lo mismo que han logrado en esta recién concluida temporada. Ni siquiera con ese trasvase el Tenerife Rural ha terminado por encima de la UB; es más, si hubo algún equipo que estuvo en puestos de play-offs y llegó a soñar con ellos ese fue el de Eloy Doce.
El equipo palmero hizo una pretemporada nefasta y muchos éramos los que pensábamos que la UB era un serio candidato al descenso. Así sucedió en las primeras jornadas, pero pronto Eloy Doce dio con la tecla, que unido al gran rendimiento de sus interiores, Albert y el sorprendente Wachsmann, hicieron crecer a un equipo con el carácter de Sebas Arrocha y con la veteranía y calidad de André Turner, el único refuerzo de la temporada que significó que la UB estuviera coqueteando con meterse entre los ocho elegidos justamente hasta que jugó en el Santiago Martín hace tres semanas.
Curiosamente, pese a terminar con 16 victorias y 18 derrotas, en el puesto decimoprimero (uno menos que el curso pasado), dos más arriba que el Tenerife Rural ( este año 14-20; el pasado, 15-19), la continuidad de Eloy Doce en el equipo palmero está prácticamente descartada. Sus declaraciones sobre el colectivo arbitral en las últimas jornadas enfriaron su relación con el presidente Carlos Toledo, lo que unido al anuncio de ponerse en el mercado ante la falta de oferta del club, ha roto, al menos por ahora, cualquier atisbo de renovación.
Rafa Sanz, sin embargo, pese a los malos resultados -él mismo apuntó hacia los play-offs como objetivo- seguirá ejerciendo de constructor del equipo -no le gusta eso de director deportivo- y de director técnico del mismo, en el que seguirán los canarios Oliver Arteaga e Iván Rodríguez. Los Sánchez tienen oferta para renovar, al igual que Antwain Barbour, la única nota positiva de color tinerfeñista en una temporada más que discreta, mediocre. Barbour terminó tercero entre los anotadores, con una media de 18.1 puntos y décimo entre los más valorados con una media de 16 puntos.