DIARIO INFORMACIÓN: Imparables.
El Lucentum mantiene el liderato tras conseguir su sexta victoria consecutiva en un partido de pleno dominio alicantino.
CÉSAR HERNÁNDEZ / ALICANTE
Las sensaciones no pueden ser mejores. Sexta victoria consecutiva en un partido sin mucha historia y el Lucentum mantiene un liderato que no puede abandonar nunca. Sólo asciende uno de forma automática y esa plaza debe llevar el nombre de Alicante si el equipo no varía un ápice su manera de actuar. Ayer fue el conjunto palmero el que sintió el dolor de la lanza lucentina [su entrenador afirmó que viajaron con la única intención de intentar competir] y pese a su constante lucha, al final fue incapaz de aguantar la mirada inapelable del conjunto de Óscar Quintana.
El dominio fue absoluto. Berni y Llompart dirigieron a la perfección y demostraron que pocos bases en la categoría están en condiciones de hacerles frente mientras Urtasun está a un nivel asombroso como han podido comprobar los cerca de tres mil aficionados que se dan cita en el Centro de Tecnificación.
Tras dos primeros cuartos en los que el Lucentum no terminó de "matar" a los canarios tras desvanecerse una renta de diez puntos (34-24), los alicantinos dejaron el partido visto para sentencia nada más salir del vestuario. Urtasun fue letal y la defensa lucentina permitía muy pocas florituras a los palmeros. Mas bien, ninguna. A pesar de ello, los visitantes no se rendían y con Yao como referencia ofensiva, su única misión consistía en evitar una ventaja sonrojante. Por lo menos, ese objetivo lo cumplieron.
A poco más se puede aspirar cuando delante está un equipo como el Lucentum al que es prácticamente imposible encontrar una fisura en su juego. El equipo de Óscar Quintana no perdió la intensidad ni cuando ya no había nada en juego. Fruto de ello Andriuskevicius recibió una técnica tras protestar una personal en el último cuarto. Esta vez no fue el lituano el mejor del partido aunque jugó algo condicionado tras cargarse de dos personales en el primer cuarto. Quien no firmó unos números brillantes pero luchó como nadie fue Guillermo Rejón. Auténtico guerrero en la pintura cuya labor no pasó desapercibida para el público. Idem para Coppenrath, un seguro de vida.
"Un nueve"
Un nueve puso Óscar Quintana a su equipo. "Tendrá un diez si cumplimos el objetivo al final de temporada", dijo el entrenador del Lucentum, uno de los artífices de la impoluta marcha del cuadro alicantino. "Seguimos creciendo", sentenció el técnico cántabro.
CÉSAR HERNÁNDEZ / ALICANTE
Las sensaciones no pueden ser mejores. Sexta victoria consecutiva en un partido sin mucha historia y el Lucentum mantiene un liderato que no puede abandonar nunca. Sólo asciende uno de forma automática y esa plaza debe llevar el nombre de Alicante si el equipo no varía un ápice su manera de actuar. Ayer fue el conjunto palmero el que sintió el dolor de la lanza lucentina [su entrenador afirmó que viajaron con la única intención de intentar competir] y pese a su constante lucha, al final fue incapaz de aguantar la mirada inapelable del conjunto de Óscar Quintana.
El dominio fue absoluto. Berni y Llompart dirigieron a la perfección y demostraron que pocos bases en la categoría están en condiciones de hacerles frente mientras Urtasun está a un nivel asombroso como han podido comprobar los cerca de tres mil aficionados que se dan cita en el Centro de Tecnificación.
Tras dos primeros cuartos en los que el Lucentum no terminó de "matar" a los canarios tras desvanecerse una renta de diez puntos (34-24), los alicantinos dejaron el partido visto para sentencia nada más salir del vestuario. Urtasun fue letal y la defensa lucentina permitía muy pocas florituras a los palmeros. Mas bien, ninguna. A pesar de ello, los visitantes no se rendían y con Yao como referencia ofensiva, su única misión consistía en evitar una ventaja sonrojante. Por lo menos, ese objetivo lo cumplieron.
A poco más se puede aspirar cuando delante está un equipo como el Lucentum al que es prácticamente imposible encontrar una fisura en su juego. El equipo de Óscar Quintana no perdió la intensidad ni cuando ya no había nada en juego. Fruto de ello Andriuskevicius recibió una técnica tras protestar una personal en el último cuarto. Esta vez no fue el lituano el mejor del partido aunque jugó algo condicionado tras cargarse de dos personales en el primer cuarto. Quien no firmó unos números brillantes pero luchó como nadie fue Guillermo Rejón. Auténtico guerrero en la pintura cuya labor no pasó desapercibida para el público. Idem para Coppenrath, un seguro de vida.
"Un nueve"
Un nueve puso Óscar Quintana a su equipo. "Tendrá un diez si cumplimos el objetivo al final de temporada", dijo el entrenador del Lucentum, uno de los artífices de la impoluta marcha del cuadro alicantino. "Seguimos creciendo", sentenció el técnico cántabro.
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