LA OPINIÓN: Superioridad manifiesta.
El Socas Canarias doblega sin miramientos al UB La Palma en un derbi que únicamente tuvo historia durante 15 minutos.
CARLOS GARCÍA / LA LAGUNA
El Socas Canarias no dio ayer opción al debate sobre la soberanía del basket provincial y se impuso, de forma clara y contundente, a un UB La Palma que se olvidó en la Isla Bonita el traje de faena que tan buenos réditos le ha dado en su cancha. Lo cierto es que sólo hubo derbi durante poco más de un cuarto, lo que tardó el cuadro aurinegro en poner sobre la pista la superioridad de recursos que posee sobre un rival en el que nadie tuvo arrestos y calidad para rebatir el triunfo local.
La previsible intensidad de entrada se tradujo en varias pérdidas de ambos conjuntos, situación que primero favoreció a los palmeros (2-7), pero que a continuación fue más rentable para los locales, que lograron ponerse en franquicia (15-11, 6´) cuando hicieron valer sus prestaciones en el rebote ofensivo, pese a que el músculo blanquiazul pusiera en un sinfín de problemas a los interiores canaristas. El UB logró mantener la intensidad gracias a sus continuas rotaciones y de la mano de Orfila consiguió equilibrar la contienda (20-20, 9´), aunque el Canarias supo mover con rapidez para sacar tajada de la zona 1-3-1 en la que se habían refugiado los visitantes (25-20).
Gracias al arrojo de Chagoyen supo sobrevivir el Canarias a los minutos de descanso de Donaldson y a su flojo acierto exterior. Aunque el UB hizo un amago de meterse de nuevo en partido (29-27), la defensa local (alternando individual con zona 2-3), la puntería de Heras (4/5 en triples) y la mera presencia de Donaldson provocaron el colapso en los blanquiazules y derivaron en un parcial de 11-0 que dejó tocados a los de Sanz (40-27, 15´), que sólo consiguieron que la renta no fuera abismal al término del segundo periodo.
Cumplían los de Martínez el guión con aportación de todos sus hombres y con la seguridad de recurrir a sus hombres de garantías cuando se oscurecía el panorama (29 puntos entre Guillén, Donaldson y Heras). Todo lo contrario que La Palma, incapaz de mostrar su versión de Miraflores, con sus extracomunitarios más que oscurecidos y con una aportación de sus segundos espadas más que insuficiente para equilibrar la contienda.
Con la tranquilidad de jugar con un colchón que rondó la decena varios minutos –los que esperó por una reacción de su rival–, el Canarias empezó a coger velocidad de crucero y maximizó hasta límites insospechados su acierto en cada ataque. Cuando el UB se quiso dar cuenta ya estaba 20 abajo (63-44, 26´) y había dado carpetazo a sus opciones de victoria. Podrían apelar los de Sanz a levantar una desventaja en Miraflores, pero a domicilio y más en una pista como el Ríos Tejera, era misión imposible.
Al menos no bajó los brazos el cuadro palmero y entre una zona pegajosa y el despertar tardío de Sebas Arrocha logró rebajar la diferencia hasta los nueve puntos (77-68). Quedaban cuatro minutos para que se cumpliese el tiempo y parecía que al Canarias le podrían entrar los nervios que le aparecen cuando se ven tan arriba en el marcador. Pero el UB fue un amigo y entre varios errores infantiles y su displicencia en el rebote defensivo, abortó cualquier intento de remontada y puso en bandeja el triunfo canarista.
Cinco jugadores locales llegan a la decena
Una de las claves del triunfo canarista fue su gran labor de equipo, donde hasta cinco jugadores alcanzaron la decena de puntos (más Yáñez que se quedó en 9). Pese a que Donaldson jugó menos de 23 minutos, los locales siempre encontraron recursos en una rotación corta pero generosa, un papel que anoche desempeñó a la perfección un Jesús Chagoyen que aportó de todas las maneras posibles –hasta se permitió alguna filigrana subiendo el balón a la contra– para acabar siendo el hombre más valorado del encuentro.
Heras muestra su mejor cara y rompe el choque
Venía de hacer un partido para olvidar en Cornellá (-10), pero ayer, de nuevo con la ausencia de Quique Garrido, Jaime Heras se encontró muy cómodo actuando tanto de base como de escolta. El de Las Mercedes se apagó un poco tras el descanso, pero antes había firmado una primera parte de libro, con cuatro triples que resultaron determinantes en la escapada local. Por contra, el UB pagó un nuevo mal partido de Padgett y Palacios, sus teóricos hombres fuertes y que entre los dos sólo hicieron 12 de valoración.
El Socas Canarias no dio ayer opción al debate sobre la soberanía del basket provincial y se impuso, de forma clara y contundente, a un UB La Palma que se olvidó en la Isla Bonita el traje de faena que tan buenos réditos le ha dado en su cancha. Lo cierto es que sólo hubo derbi durante poco más de un cuarto, lo que tardó el cuadro aurinegro en poner sobre la pista la superioridad de recursos que posee sobre un rival en el que nadie tuvo arrestos y calidad para rebatir el triunfo local.
La previsible intensidad de entrada se tradujo en varias pérdidas de ambos conjuntos, situación que primero favoreció a los palmeros (2-7), pero que a continuación fue más rentable para los locales, que lograron ponerse en franquicia (15-11, 6´) cuando hicieron valer sus prestaciones en el rebote ofensivo, pese a que el músculo blanquiazul pusiera en un sinfín de problemas a los interiores canaristas. El UB logró mantener la intensidad gracias a sus continuas rotaciones y de la mano de Orfila consiguió equilibrar la contienda (20-20, 9´), aunque el Canarias supo mover con rapidez para sacar tajada de la zona 1-3-1 en la que se habían refugiado los visitantes (25-20).
Gracias al arrojo de Chagoyen supo sobrevivir el Canarias a los minutos de descanso de Donaldson y a su flojo acierto exterior. Aunque el UB hizo un amago de meterse de nuevo en partido (29-27), la defensa local (alternando individual con zona 2-3), la puntería de Heras (4/5 en triples) y la mera presencia de Donaldson provocaron el colapso en los blanquiazules y derivaron en un parcial de 11-0 que dejó tocados a los de Sanz (40-27, 15´), que sólo consiguieron que la renta no fuera abismal al término del segundo periodo.
Cumplían los de Martínez el guión con aportación de todos sus hombres y con la seguridad de recurrir a sus hombres de garantías cuando se oscurecía el panorama (29 puntos entre Guillén, Donaldson y Heras). Todo lo contrario que La Palma, incapaz de mostrar su versión de Miraflores, con sus extracomunitarios más que oscurecidos y con una aportación de sus segundos espadas más que insuficiente para equilibrar la contienda.
Con la tranquilidad de jugar con un colchón que rondó la decena varios minutos –los que esperó por una reacción de su rival–, el Canarias empezó a coger velocidad de crucero y maximizó hasta límites insospechados su acierto en cada ataque. Cuando el UB se quiso dar cuenta ya estaba 20 abajo (63-44, 26´) y había dado carpetazo a sus opciones de victoria. Podrían apelar los de Sanz a levantar una desventaja en Miraflores, pero a domicilio y más en una pista como el Ríos Tejera, era misión imposible.
Al menos no bajó los brazos el cuadro palmero y entre una zona pegajosa y el despertar tardío de Sebas Arrocha logró rebajar la diferencia hasta los nueve puntos (77-68). Quedaban cuatro minutos para que se cumpliese el tiempo y parecía que al Canarias le podrían entrar los nervios que le aparecen cuando se ven tan arriba en el marcador. Pero el UB fue un amigo y entre varios errores infantiles y su displicencia en el rebote defensivo, abortó cualquier intento de remontada y puso en bandeja el triunfo canarista.
Cinco jugadores locales llegan a la decena
Una de las claves del triunfo canarista fue su gran labor de equipo, donde hasta cinco jugadores alcanzaron la decena de puntos (más Yáñez que se quedó en 9). Pese a que Donaldson jugó menos de 23 minutos, los locales siempre encontraron recursos en una rotación corta pero generosa, un papel que anoche desempeñó a la perfección un Jesús Chagoyen que aportó de todas las maneras posibles –hasta se permitió alguna filigrana subiendo el balón a la contra– para acabar siendo el hombre más valorado del encuentro.
Heras muestra su mejor cara y rompe el choque
Venía de hacer un partido para olvidar en Cornellá (-10), pero ayer, de nuevo con la ausencia de Quique Garrido, Jaime Heras se encontró muy cómodo actuando tanto de base como de escolta. El de Las Mercedes se apagó un poco tras el descanso, pero antes había firmado una primera parte de libro, con cuatro triples que resultaron determinantes en la escapada local. Por contra, el UB pagó un nuevo mal partido de Padgett y Palacios, sus teóricos hombres fuertes y que entre los dos sólo hicieron 12 de valoración.
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