EL HERALDO: En busca de un 'once' definitivo.
El CAI debe estirar hoy su racha frente a La Palma para ya acariciar el ascenso.
E. COSCOLÍN. Zaragoza
CAI-La Palma. Cabe esperar que no se cumpla el enunciado del partido, es decir, que el CAI Zaragoza no 'palme' ante los canarios. De hecho, los pupilos de José Luis Abós no se pueden permitir un tropiezo. El ascenso está en juego y si los aragoneses estiran hoy (21.00) su racha a once triunfos consecutivos acariciarán la ACB.
El cuadro palmero derrotó a los rojillos en la primera vuelta, pero baja en gran medida su rendimiento lejos de su pabellón de Miraflores, por lo que todo apunta a una victoria local. Eso sí, siempre que la relajación no impregne el vestuario zaragozano. Una plantilla que esta noche, utilizando un símil futbolístico, sale en busca de su 'once' definitivo. No el de su alineación, pero sí el de su undécima alegría seguida, que sería decisiva en el camino hacia la primera plaza final.
La tranquilidad impera en el seno del club rojillo. Fundamentalmente porque el equipo está entrenando bien y parece que afronta este tramo final de la liga regular pensando única y exclusivamente en el baloncesto, en nada más. Los jugadores quieren saltar a la cancha y solventar los compromisos que les restan y eso es lo que harán hoy. Se medirán con un UB La Palma que ha sido el único conjunto capaz de superarles este año en una prórroga. Pero, a priori, nada tendrá que ver este duelo con el que se vivió en la isla.
Lo que sí que se repite es que el cuadro que dirige Rafa Sanz mantiene a sus diez hombres principales, jugadores experimentados cuyo sacrificio colectivo les ha llevado a la décima plaza de la tabla y a un balance de 15-15. La Palma continúa siendo un equipo peligroso. Primero, porque cuenta con pívots altos, grandes, de esos que pueden resultar incómodos. Ahí tanto Junyent como Hettsheimer tendrán mucho que decir. Además, el duelo entre dos 'cuatros' polivalentes como Phillip y Palacios promete ser decisivo, como ya lo fuera en la primera vuelta. Ojo con un rebote que por aquel entonces resultó crucial.
Y segundo, porque los canarios poseen un par de tiradores que, de estar inspirados, pueden ser una pesadilla para los de Abós. Sebas Arrocha y Josemi García pueden aguarle la fiesta a cualquiera si tienen la 'mano tonta' y un técnico como Rafa Sanz sabe explotar esas circunstancias.
Pero una vez más hay que pensar lo justo en el adversario. Tanto en el del partido como en el rival directo por el ascenso. El CAI tiene que pensar en sí mismo y, como aseguraba ayer Abós, la única presión que tiene es la propia. El conjunto aragonés ya ha demostrado su enorme capacidad para defender con intensidad y atacar con criterio y acierto. Su única misión actualmente es mostrar ese nivel en cada uno de los compromisos que le restan.
El esfuerzo atrás sigue siendo vital, como lo fue en el arranque ante el Palencia y en dos cuartos ante el Cornellá. Ahí parten las opciones rojillas. Luego a buen seguro que aparecen el desequilibrante Phillip, un Quinteros que últimamente asiste más que anota o el versátil aunque individualista Barlow.
Las armas de Abós son infinitas y ahora es momento de utilizarlas todas y no guardar nada en la reserva. El ejemplo a seguir es el del último choque en casa, en cuyo inicio los zaragozanos barrieron a su oponente de la cancha y lo dejaron todo sentenciado.
Así tiene que ser, aunque La Palma no viene de turismo a Zaragoza. De hecho, su hoja con el plan de viaje concluía con una frase digna de mención: "No es grande aquel que nunca falla sino el que nunca se da por vencido". Una sabia filosofía que hoy, el que nunca falla, el CAI, debería hacer propia. Porque si no se da por vencido el ascenso estará más cerca.
E. COSCOLÍN. Zaragoza
CAI-La Palma. Cabe esperar que no se cumpla el enunciado del partido, es decir, que el CAI Zaragoza no 'palme' ante los canarios. De hecho, los pupilos de José Luis Abós no se pueden permitir un tropiezo. El ascenso está en juego y si los aragoneses estiran hoy (21.00) su racha a once triunfos consecutivos acariciarán la ACB.
El cuadro palmero derrotó a los rojillos en la primera vuelta, pero baja en gran medida su rendimiento lejos de su pabellón de Miraflores, por lo que todo apunta a una victoria local. Eso sí, siempre que la relajación no impregne el vestuario zaragozano. Una plantilla que esta noche, utilizando un símil futbolístico, sale en busca de su 'once' definitivo. No el de su alineación, pero sí el de su undécima alegría seguida, que sería decisiva en el camino hacia la primera plaza final.
La tranquilidad impera en el seno del club rojillo. Fundamentalmente porque el equipo está entrenando bien y parece que afronta este tramo final de la liga regular pensando única y exclusivamente en el baloncesto, en nada más. Los jugadores quieren saltar a la cancha y solventar los compromisos que les restan y eso es lo que harán hoy. Se medirán con un UB La Palma que ha sido el único conjunto capaz de superarles este año en una prórroga. Pero, a priori, nada tendrá que ver este duelo con el que se vivió en la isla.
Lo que sí que se repite es que el cuadro que dirige Rafa Sanz mantiene a sus diez hombres principales, jugadores experimentados cuyo sacrificio colectivo les ha llevado a la décima plaza de la tabla y a un balance de 15-15. La Palma continúa siendo un equipo peligroso. Primero, porque cuenta con pívots altos, grandes, de esos que pueden resultar incómodos. Ahí tanto Junyent como Hettsheimer tendrán mucho que decir. Además, el duelo entre dos 'cuatros' polivalentes como Phillip y Palacios promete ser decisivo, como ya lo fuera en la primera vuelta. Ojo con un rebote que por aquel entonces resultó crucial.
Y segundo, porque los canarios poseen un par de tiradores que, de estar inspirados, pueden ser una pesadilla para los de Abós. Sebas Arrocha y Josemi García pueden aguarle la fiesta a cualquiera si tienen la 'mano tonta' y un técnico como Rafa Sanz sabe explotar esas circunstancias.
Pero una vez más hay que pensar lo justo en el adversario. Tanto en el del partido como en el rival directo por el ascenso. El CAI tiene que pensar en sí mismo y, como aseguraba ayer Abós, la única presión que tiene es la propia. El conjunto aragonés ya ha demostrado su enorme capacidad para defender con intensidad y atacar con criterio y acierto. Su única misión actualmente es mostrar ese nivel en cada uno de los compromisos que le restan.
El esfuerzo atrás sigue siendo vital, como lo fue en el arranque ante el Palencia y en dos cuartos ante el Cornellá. Ahí parten las opciones rojillas. Luego a buen seguro que aparecen el desequilibrante Phillip, un Quinteros que últimamente asiste más que anota o el versátil aunque individualista Barlow.
Las armas de Abós son infinitas y ahora es momento de utilizarlas todas y no guardar nada en la reserva. El ejemplo a seguir es el del último choque en casa, en cuyo inicio los zaragozanos barrieron a su oponente de la cancha y lo dejaron todo sentenciado.
Así tiene que ser, aunque La Palma no viene de turismo a Zaragoza. De hecho, su hoja con el plan de viaje concluía con una frase digna de mención: "No es grande aquel que nunca falla sino el que nunca se da por vencido". Una sabia filosofía que hoy, el que nunca falla, el CAI, debería hacer propia. Porque si no se da por vencido el ascenso estará más cerca.
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