EUROPA SUR: El Villa prefiere hacerlo en Feria.
Los gualdiverdes pagan un pésimo segundo cuarto y caen en Santa Cruz de La Palma pese a protagonizar una espectacular remontada tras el descanso. Pese al traspié, una victoria en la última jornada garantiza la clasificación.
T. Y. / Santa Cruz De La Palma
El Villa de Los Barrios hizo buena la maldición que persigue a su técnico, Moncho Fernández, en el pabellón Miraflores de Santa Cruz de La Palma y deja para el viernes de Feria su compromiso con el play-off. Un triunfo sobre el recién descendido Rosalía garantiza su presencia en la segunda fase por tercer año consecutivo. Si se consuma, no sería mala fecha para festejarlo.
El equipo barreño, al que se le nota que sus jugadores tienen los nervios a flor de pie como consecuencia de los problemas económicos que afectan a la entidad, pagaron en La Palma en pésimo segundo cuarto y pese a que protagonizaron una meritoria remontada, no pudieron voltear el marcador ante un conjunto juramentado para despedir la temporada con una victoria ante su parroquia, que ha sido muy crítica con ellos en algunos momentos. El eterno peligro de los equipos que nada se juegan del que tanto sabe la franquicia barreña.
La Palma salió más enchufada al partido que un Villa que, definitivamente, tiene en los desplazamientos su talón de Aquiles. No puede ser una casualidad que sólo haya ganado un partido a domicilio en toda la segunda vuelta Prácticamente no habían comenzado las hostilidades cuando los insulares ya ganaban por 13-6. Ahí empezó la primera respuesta de los barreños, que consiguieron irse al descanso con ventaja (16-19) tras apretar los dientes en defensa.
Lo de los segundos diez minutos es motivo más que suficiente para que el vestuario barreño convoque una terapia de grupo. Es verdad que los árbitros cometieron algún error más de la cuenta, pero los jugadores de Moncho Fernández se olvidaron del juego, se centraron en las quejas a estos y acabaron recibiendo un parcial de 22-5 que dejó el marcador en un 38-24 que el transcurrir de los minutos demostraría insalvable. Sobre todo mostraron un clamoroso desacierto en los tiros.
Después del descanso, en el arranque, los barreños llegaron a verse dieciocho puntos por detrás (42-24) y cuando parecía que el resto de la noche no era más que un mero trámite, el Villa sacó la raza que le caracteriza y que había mantenido oculta durante toda la noche.
Un parcial de 0-11, con tiempo muerto de Domingo Rodríguez de por medio catapultó a Los Barrios hasta la orilla del milagro (46-40) pero acabó pagando el esfuerzo realizado para la remontada y La Palma, de la mano de Thomas Terrell volvió a ensanchar las diferencias (51-42).
El Villa no lanzó la toalla y mediada la última entrega llegó a colocarse 61-59, pero un triple del mejor jugador de los de casa, Perico Sala, abrió una falla que ya no volvería a cerrarse.
T. Y. / Santa Cruz De La Palma
El Villa de Los Barrios hizo buena la maldición que persigue a su técnico, Moncho Fernández, en el pabellón Miraflores de Santa Cruz de La Palma y deja para el viernes de Feria su compromiso con el play-off. Un triunfo sobre el recién descendido Rosalía garantiza su presencia en la segunda fase por tercer año consecutivo. Si se consuma, no sería mala fecha para festejarlo.
El equipo barreño, al que se le nota que sus jugadores tienen los nervios a flor de pie como consecuencia de los problemas económicos que afectan a la entidad, pagaron en La Palma en pésimo segundo cuarto y pese a que protagonizaron una meritoria remontada, no pudieron voltear el marcador ante un conjunto juramentado para despedir la temporada con una victoria ante su parroquia, que ha sido muy crítica con ellos en algunos momentos. El eterno peligro de los equipos que nada se juegan del que tanto sabe la franquicia barreña.
La Palma salió más enchufada al partido que un Villa que, definitivamente, tiene en los desplazamientos su talón de Aquiles. No puede ser una casualidad que sólo haya ganado un partido a domicilio en toda la segunda vuelta Prácticamente no habían comenzado las hostilidades cuando los insulares ya ganaban por 13-6. Ahí empezó la primera respuesta de los barreños, que consiguieron irse al descanso con ventaja (16-19) tras apretar los dientes en defensa.
Lo de los segundos diez minutos es motivo más que suficiente para que el vestuario barreño convoque una terapia de grupo. Es verdad que los árbitros cometieron algún error más de la cuenta, pero los jugadores de Moncho Fernández se olvidaron del juego, se centraron en las quejas a estos y acabaron recibiendo un parcial de 22-5 que dejó el marcador en un 38-24 que el transcurrir de los minutos demostraría insalvable. Sobre todo mostraron un clamoroso desacierto en los tiros.
Después del descanso, en el arranque, los barreños llegaron a verse dieciocho puntos por detrás (42-24) y cuando parecía que el resto de la noche no era más que un mero trámite, el Villa sacó la raza que le caracteriza y que había mantenido oculta durante toda la noche.
Un parcial de 0-11, con tiempo muerto de Domingo Rodríguez de por medio catapultó a Los Barrios hasta la orilla del milagro (46-40) pero acabó pagando el esfuerzo realizado para la remontada y La Palma, de la mano de Thomas Terrell volvió a ensanchar las diferencias (51-42).
El Villa no lanzó la toalla y mediada la última entrega llegó a colocarse 61-59, pero un triple del mejor jugador de los de casa, Perico Sala, abrió una falla que ya no volvería a cerrarse.
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