DIARIO EUROPA SUR: Los canarios no se juegan nada y viven el partido como una fiesta.

Los de Domingo Rodríguez aspiran a ganar para reconciliarse con sus aficionados.

RUBÉN ALMAGRO / Los Barrios

El UB La Palma, que ha completado su mejor andadura en la LEB Oro, prepara el partido de hoy como si de una fiesta se tratase. Los que entrena Domingo Rodríguez se han marcado como objetivo acabar la temporada con quince triunfos para así acabar de reconciliarse con una afición que no ha escatimado en críticas en los momentos más complicados de una temporada salpicada de altibajos. Para asegurarse la presencia de los incondicionales, el duelo ha sido declarado de puertas abiertas.

Cuando la situación de Rosalía e Illescas, los dos descendidos, parecía ya irrevocable, las lesiones se cebaron en el vestuario de Miraflores. La relajación propia de un equipo que ha hecho los deberes y los problemas para entrenarse desencadenaron en una racha de siete derrotas consecutivas que provocó un tirón de orejas por parte de la directiva. En las dos últimas semanas los insulares se han apretado los machos y han vencido a Axarquía (nada menos que 82/61) y en la pasada jornada, al Mallorca en Inca (92/100).

Desde que comenzó la temporada La Palma ha prescindido de Jan Jönzen y contó durante ocho partidos con Nacho Yáñez, artífice de su resurrección. Por el contrario se incorporaron definitivamente Juanjo Fariñas (Gijón) y el espigado pívot Yannick Driesen (Illescas).

El equipo de Domingo Rodríguez cuenta con la duda de Francis Koffi, quien no ha podido trabajar con normalidad por molestias en una rodilla. El técnico palmero se ha desecho en elogios para el cuerpo técnico y la plantilla barreña ("se han ganado el respeto de la Liga por seguir entrenando, jugando y ganando en medio de tanta adversidad") pero ha advertido que su equipo saldrá a por todas porque pretende despedirse a lo grande de su afición, con la que admite que tienen alguna deuda.