EL DIA: La Palma, que perdió ayer ante el Alicante, camino del descenso.
El representativo palmero ya no juega con ilusión, por encima incluso de la calidad que pueda tener, y ayer mostró la cara de un equipo triste, depresivo, sin vías para oponer resistencia ante un adversario que lo supera en todo. Poco a poco se desvanece el sueño de un pobre que "come" en la casa de los ricos.
FOTO: César Borja / UB LA PALMA
V. MARTÍN, S/C de La Palma
"Ser feliz no es conseguir lo que deseas, es desear lo que tienes" (Garth Brooks).
Hubo otro tiempo, tan cercano como marca el recuerdo, en que La Palma ganaba a históricos, a leyendas, que caminaban despacio por LEB. ¿Se acuerda? Ahora el "UB" juega depresivo, con o sin calidad, eso es discutible, pero triste, con la cabeza agachada, con los hombros metidos en el cuello... Vale que Alicante es mejor, claro, tiene más de todo, pero no es eso. No le hablo (usted que lee) de baloncesto. No le hablo de calidad. Ni siquiera le hablo de entrega ni lucha. Le hablo de energía, de luz, de querer amarrarse a todo para "vivir" en LEB. Es cuando te brillan los ojos. Sí, le hablo de un "sueño".
La Palma aguantó dos cuartos. 20 minutos de torpezas, de errores... El "UB" metió un triple de 11 intentos. Sí, un 9% desde más allá de la línea amarilla. Para "morirse" de pena. Un equipo "pobre" tiene que "matar" desde lejos. Los "5" buenos valen "oro" y si desde el perímetro no amenazas, no disparas, el "grande" te come. Eso sí, los nuestros se fueron vivos al descanso. 31-34. Es sencillo. Alicante estuvo por debajo del 50% en tiros de dos. Metió 9 de 20 tiros. Son cifras, es verdad, simplemente eso, pero valen para entender que aquel primer tiempo quedó marcado por las desavenencias entre jugadores y canastas.
Y en el fondo, pese a las cercanías en el marcador, la "mirada" del "UB" no te da esperanzas. No hay un grito. Un salto. Un colectivo vivo. Lo observas de frente y entiendes que es un equipo perdedor. Hoy por hoy, mañana ya veremos, La Palma no tiene alma. Al menos no posee el alma de la juventud. De la rabia. Del orgullo. Se está quedando sin valores.
Tras el descanso, Alicante dio una vuelta de tuerca. Fuerte. Dura. Sin aflojar. Apareció Carrol, un tipo bajito con cara de despistado que tira de tres como los "dioses" y que tuvo la ayuda de Coppenrath, el apoyo de Digbeu... Te parten el "cuello". La Palma no aguantó. Domingo Rodríguez, el técnico, tiró de banquillo. Cambios de dos en dos. Buscar otra "cosita", una simple reacción... pero todos están igual. Por los síntomas, tras un estudio detallado, depresión colectiva. Pastilla debajo de la lengua para evitar el primer desmayo... 45-56.
Con todo, el "UB" tuvo minutos de orgullo. Sí, no se puede negar, lo contrario sería mentir, aquellos dos triples de Sala (falló cinco) y otro de Sebas, además del trabajo colectivo, metieron a La Palma en el partido. Mejor decir que se acercó en el marcador. Se puso a seis (60-66), pero siempre pendiente de que Alicante fallara. Jugar viendo lo que el rival es capaz de hacer. No depender de lo propio. Malo. Pues eso, ya lo sabes, el poderío de conjunto de lo ajeno evitó sufrimientos finales. Fue, en definitiva, un 65-79 que evita ser optimista. Ya alguien dijo un día que el éxito no es permanente y fracasar no es mortal.
UB La Palma: Koffi (-), Johnson (15), Diene (6), Arrocha (3), Sala (10), -inicial, Canals (3), Torres (-), Maras (7), Manzano (7), Edwards (12), Suka (2).
Lucentum Alicante: Fisher (7), Digbeu (11), Carroll (22), Norel (8), Coppenrath (17), -inicial-, George (4), Waleskowski (4), Dumas (-) y Angulo (6).
Árbitros: Morales García y Bey Silva. Muchas dosis de arrogancia con el equipo pobre. Mal.
Parciales: 6-11, 17-23, 25-29, 31-34, -descanso-, 37-50, 45-56, 60-66 y 65-79.
Incidencias: Pabellón de Miraflores ante cerca de 1.000 aficionados. Minuto de silencio por el último atentado de ETA. Extraña intervención de dos agentes de la Policía Nacional, que querían impedir que un aficionado, fuera de la valla que delimita la cancha de juego, increpara a los árbitros, lo que ocurre en cada partido de todo deporte. Se llevaron la "reprimenda" del resto del público. Raro, raro...
FOTO: César Borja / UB LA PALMA
V. MARTÍN, S/C de La Palma
"Ser feliz no es conseguir lo que deseas, es desear lo que tienes" (Garth Brooks).
Hubo otro tiempo, tan cercano como marca el recuerdo, en que La Palma ganaba a históricos, a leyendas, que caminaban despacio por LEB. ¿Se acuerda? Ahora el "UB" juega depresivo, con o sin calidad, eso es discutible, pero triste, con la cabeza agachada, con los hombros metidos en el cuello... Vale que Alicante es mejor, claro, tiene más de todo, pero no es eso. No le hablo (usted que lee) de baloncesto. No le hablo de calidad. Ni siquiera le hablo de entrega ni lucha. Le hablo de energía, de luz, de querer amarrarse a todo para "vivir" en LEB. Es cuando te brillan los ojos. Sí, le hablo de un "sueño".
La Palma aguantó dos cuartos. 20 minutos de torpezas, de errores... El "UB" metió un triple de 11 intentos. Sí, un 9% desde más allá de la línea amarilla. Para "morirse" de pena. Un equipo "pobre" tiene que "matar" desde lejos. Los "5" buenos valen "oro" y si desde el perímetro no amenazas, no disparas, el "grande" te come. Eso sí, los nuestros se fueron vivos al descanso. 31-34. Es sencillo. Alicante estuvo por debajo del 50% en tiros de dos. Metió 9 de 20 tiros. Son cifras, es verdad, simplemente eso, pero valen para entender que aquel primer tiempo quedó marcado por las desavenencias entre jugadores y canastas.
Y en el fondo, pese a las cercanías en el marcador, la "mirada" del "UB" no te da esperanzas. No hay un grito. Un salto. Un colectivo vivo. Lo observas de frente y entiendes que es un equipo perdedor. Hoy por hoy, mañana ya veremos, La Palma no tiene alma. Al menos no posee el alma de la juventud. De la rabia. Del orgullo. Se está quedando sin valores.
Tras el descanso, Alicante dio una vuelta de tuerca. Fuerte. Dura. Sin aflojar. Apareció Carrol, un tipo bajito con cara de despistado que tira de tres como los "dioses" y que tuvo la ayuda de Coppenrath, el apoyo de Digbeu... Te parten el "cuello". La Palma no aguantó. Domingo Rodríguez, el técnico, tiró de banquillo. Cambios de dos en dos. Buscar otra "cosita", una simple reacción... pero todos están igual. Por los síntomas, tras un estudio detallado, depresión colectiva. Pastilla debajo de la lengua para evitar el primer desmayo... 45-56.
Con todo, el "UB" tuvo minutos de orgullo. Sí, no se puede negar, lo contrario sería mentir, aquellos dos triples de Sala (falló cinco) y otro de Sebas, además del trabajo colectivo, metieron a La Palma en el partido. Mejor decir que se acercó en el marcador. Se puso a seis (60-66), pero siempre pendiente de que Alicante fallara. Jugar viendo lo que el rival es capaz de hacer. No depender de lo propio. Malo. Pues eso, ya lo sabes, el poderío de conjunto de lo ajeno evitó sufrimientos finales. Fue, en definitiva, un 65-79 que evita ser optimista. Ya alguien dijo un día que el éxito no es permanente y fracasar no es mortal.
UB La Palma: Koffi (-), Johnson (15), Diene (6), Arrocha (3), Sala (10), -inicial, Canals (3), Torres (-), Maras (7), Manzano (7), Edwards (12), Suka (2).
Lucentum Alicante: Fisher (7), Digbeu (11), Carroll (22), Norel (8), Coppenrath (17), -inicial-, George (4), Waleskowski (4), Dumas (-) y Angulo (6).
Árbitros: Morales García y Bey Silva. Muchas dosis de arrogancia con el equipo pobre. Mal.
Parciales: 6-11, 17-23, 25-29, 31-34, -descanso-, 37-50, 45-56, 60-66 y 65-79.
Incidencias: Pabellón de Miraflores ante cerca de 1.000 aficionados. Minuto de silencio por el último atentado de ETA. Extraña intervención de dos agentes de la Policía Nacional, que querían impedir que un aficionado, fuera de la valla que delimita la cancha de juego, increpara a los árbitros, lo que ocurre en cada partido de todo deporte. Se llevaron la "reprimenda" del resto del público. Raro, raro...
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