LAS PROVINCIAS: El colista hace sudar al líder.
Los de Quim Costa padecen en exceso para imponerse a una escuadra canaria que resiste hasta el comienzo del último cuarto.
Diario LAS PROVINCIAS / Alicante
No hay rival pequeño. Esta afirmación tan manida dentro del firmamento deportivo tuvo ayer un ejemplo claro en el partido que disputaron el líder de la LEB Oro, el Alicante Costa Blanca, y el colista, UB La Palma. Los pupilos de Quim Costa tardaron en darse cuenta de los puntos débiles de su adversario, y sudaron de lo lindo para darle la vuelta a un partido repleto de una tensión excesiva (antideportiva a Carlos Martínez, técnica para Lucio Angulo y descalificación para Carlos Canals).
Si alguien pensaba que el Lucentum podía protagonizar una peor primera parte que la exhibida en Lleida, el envite de ayer le dio la razón (recibió 54 puntos). Ni el rebote defensivo ni la agilidad mental en la faceta ofensiva hicieron acto de presencia ayer en las filas locales durante los primeros 20 minutos. Si a esto se une una discutida falta técnica a Lucio Angulo por protestar una acción punible sobre Arrocha (m. 18), no es sorprendente que los alicantinos finalizaran la primera parte nueve por abajo (45-54, al descanso).
El alero zaragozano, antes de protagonizar uno de los momentos tensos del choque, fue el encargado de introducir en el equipo el toque de garra necesario para descentrar a unos jugadores isleños que no se creían que estuvieran tuteando al primer clasificado. Aún así, el efecto Angulo no se notó hasta una segunda mitad en que los lucentinos fueron erosionando poco a poco la ventaja visitante, para arrollar en un gran último periodo.
En la reanudación, tocaba apelar a la heroica para levantar el partido ante el crecido colista. Hasta ese momento, los de Antonio Bohigas se encontraban con el encuentro de cara y con el objetivo de romper la racha de cinco derrotas consecutivas al alcance de la mano.
Por su parte, en el Lucentum el toque de arrebato tras el paso por los vestuarios sonó con estrépito en el Centro de Tecnificación. La cara de pocos amigos de Angulo a Arrocha así lo demostraba. El último clasificado había hecho mucho daño, y era hora de que pagara su ruidosa irrupción en tierras alicantinas.
Aunque los isleños trataron de frenar las embestidas locales, poco a poco la diferencia de nueve puntos que habían atesorado para el descanso se fue esfumando (63-63, m. 29). Con la igualada en el marcador, sobre la pista alicantina sólo existió una escuadra.
Los de Costa apretaron en defensa y dieron un ritmo vertiginoso al ataque. Los sobresalientes porcentajes ofensivos de La Palma fueron menguando hasta límites insospechados (sólo encestaron 22 puntos en estos 20 minutos). Todo lo contrario de lo que ocurría en la orilla lucentina (68-65, al final del tercer cuarto). Los últimos diez minutos fueron para enmarcar. El enrabietado Lucentum, con un parcial de 11-0, no tuvo piedad de un rival que hizo aguas por todas partes, y acabó hincando la rodilla de forma estrepitosa. No obstante, antes mostró claramente su impotencia en un simulacro de tangana que acabó con Ismael Torres descalificado.
Diario LAS PROVINCIAS / Alicante
No hay rival pequeño. Esta afirmación tan manida dentro del firmamento deportivo tuvo ayer un ejemplo claro en el partido que disputaron el líder de la LEB Oro, el Alicante Costa Blanca, y el colista, UB La Palma. Los pupilos de Quim Costa tardaron en darse cuenta de los puntos débiles de su adversario, y sudaron de lo lindo para darle la vuelta a un partido repleto de una tensión excesiva (antideportiva a Carlos Martínez, técnica para Lucio Angulo y descalificación para Carlos Canals).
Si alguien pensaba que el Lucentum podía protagonizar una peor primera parte que la exhibida en Lleida, el envite de ayer le dio la razón (recibió 54 puntos). Ni el rebote defensivo ni la agilidad mental en la faceta ofensiva hicieron acto de presencia ayer en las filas locales durante los primeros 20 minutos. Si a esto se une una discutida falta técnica a Lucio Angulo por protestar una acción punible sobre Arrocha (m. 18), no es sorprendente que los alicantinos finalizaran la primera parte nueve por abajo (45-54, al descanso).
El alero zaragozano, antes de protagonizar uno de los momentos tensos del choque, fue el encargado de introducir en el equipo el toque de garra necesario para descentrar a unos jugadores isleños que no se creían que estuvieran tuteando al primer clasificado. Aún así, el efecto Angulo no se notó hasta una segunda mitad en que los lucentinos fueron erosionando poco a poco la ventaja visitante, para arrollar en un gran último periodo.
En la reanudación, tocaba apelar a la heroica para levantar el partido ante el crecido colista. Hasta ese momento, los de Antonio Bohigas se encontraban con el encuentro de cara y con el objetivo de romper la racha de cinco derrotas consecutivas al alcance de la mano.
Por su parte, en el Lucentum el toque de arrebato tras el paso por los vestuarios sonó con estrépito en el Centro de Tecnificación. La cara de pocos amigos de Angulo a Arrocha así lo demostraba. El último clasificado había hecho mucho daño, y era hora de que pagara su ruidosa irrupción en tierras alicantinas.
Aunque los isleños trataron de frenar las embestidas locales, poco a poco la diferencia de nueve puntos que habían atesorado para el descanso se fue esfumando (63-63, m. 29). Con la igualada en el marcador, sobre la pista alicantina sólo existió una escuadra.
Los de Costa apretaron en defensa y dieron un ritmo vertiginoso al ataque. Los sobresalientes porcentajes ofensivos de La Palma fueron menguando hasta límites insospechados (sólo encestaron 22 puntos en estos 20 minutos). Todo lo contrario de lo que ocurría en la orilla lucentina (68-65, al final del tercer cuarto). Los últimos diez minutos fueron para enmarcar. El enrabietado Lucentum, con un parcial de 11-0, no tuvo piedad de un rival que hizo aguas por todas partes, y acabó hincando la rodilla de forma estrepitosa. No obstante, antes mostró claramente su impotencia en un simulacro de tangana que acabó con Ismael Torres descalificado.
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