EL DIA: La Palma ya sabe cómo no debe jugar.
El representativo palmero se olvidó de correr, ser alegre y saber que se juega para divertirse. Sin sus señas de identidad, fue un "UB" torpón que, aún así, tuvo el último balón para ganar.
V.M., S/C de La Palma
"En el mundo nuevo no habrá ya dolor, ni pena". (Apoc 7, 17; 21, 4.).
Lo sencillo es poner a caer de un "burro" a todo quisqui y sacar toda la rabia que uno lleva dentro. Luego, llegar a casa para dormir tranquilo. Al menos, más relajado. Pero no sería la verdad. O, mejor, no sería lo justo. La Palma jugó mal. Se atascó en la defensa zonal ajena, sus dos bases (sobre todo Alvarado) buscaron siempre soluciones erróneas y sus referencias desde el exterior (Sebas, Dani...) y en la pintura (Palacios, Odiakosa...) estuvieron sin ritmo, sin chispa, sin esa dinámica que "mata" a cualquiera.
El arranque ya te plantea dudas. Las canastas de Martínez y Palacios no oscurecen un juego más torpón. Lleida se aprovechó de un lanzamiento de Manzano y, sobre todo, de su defensa zonal. Tres rápidos "arriba" con dos "armarios" más abajo. Sebas apareció un momento para meter de tres, igual que hizo Bonhome. El "UB" podía con Lleida, pero no era agresivo. No tenía velocidad. Mostraba, aún ganando por 17-12, otra filosofía. La Palma sin "cuernos" es un animal indefenso.
A la vuelta, un partido extraño. Schaftenaar y Rodríguez metieron de tres para hacer pensar que el "UB" cambiaba de marcha. Pudo incluso, en un suspiro de inspiración, "romper" el partido tras aciertos de Palacios, Rodríguez y Schaftenaar, pero todo era "mentira". No estaba vivo y Lleida fue arreglando la situación con la aportación de Ambres y la aparición de Rubio. Ya se sabe que toda historia empieza cuando te fundes en sus brazos, y termina con tus brazos en su fregadero.
En el baloncesto, como en la vida, el problema es que siempre crees que tienes tiempo, pero no es cierto. A veces, incluso, pierdes... o te "mueres". En el tercer cuarto, con el compañero de grada dando la tabarra con un "jodido" pito, hubo cinco minutos para echarse a correr. Justificar una subida de tensión e irte del pabellón. La Palma olvidó sus señas de identidad. Vale que Martínez, Palacios y López metieron de tres, pero el partido era un laberinto. "Antes estaba indeciso... ahora no sé", igual. Ellos exploraban su zona, que alternaron con defensa al hombre en algunas fases, lo que junto al acierto arriba de Mohammed, Rubio y Manzano les permitió llegar con un 50-50 al termino de aquel "infierno".
Al final, en los últimos diez minutos, algo te dice que perderás. Si no juegas como sabes, lo normal es perder. Curtis se metió bajo la zona para hacer un "traje" al "UB". Ellos se marchaban. Estaban rompiendo el partido (54-58) hasta que apareció García. Piensa que el mundo es su orinal. Dos técnicas seguidas, con cuatro canastas de un punto de Rodríguez, dieron vida a La Palma. Vida hasta el final, cuando perdiendo de dos, a falta de 4 segundos y sacando bajo la canasta del Lleida, Sebas sacó para dársela a uno de ellos.
¡Eh!, pero hay que confiar. Ahora quizás, más que antes...
UB La Palma: Odiakosa (8), Martínez (5), Rodríguez (13), Palacios (11), Arrocha (8), -inicial-, Bonhome (5), Schaftenaar (9), Orfila (2), López (3) y Alvarado (4).
Lleida Basket: Manzano (16), Rubio (12), Mohammed (12), Guzmán (4), Curtis (13), -inicial-, Pérez (2), Brewer (4), Jorge (-), Martín (2), García (-), Ambres (5).
Árbitros: Carpallo Miguelez y González Cuervo. Los mejores sobre la cancha. Muy bien.
Parciales: 7-10, 17-12, 23-19, 30-28, -descanso-, 41-39, 50-50, 58-60 y 68-70.
Incidencias: Encuentro disputado en el pabellón multiusos de Santa Cruz de La Palma ante la presencia de unos 1.300 espectadores.
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