EL CORREO GALLEGO: El partido ante La Palma, en el aire.
El conjunto isleño no pudo viajar ayer al estar cerrado el aeropuerto del que partían. Intentarán llegar hoy a Santiago para disputar el encuentro frente al Obradoiro en el Multiusos.
PABLO YÁÑEZ SANTIAGO
El partido frente a La Palma está en el aire. El conjunto isleño no pudo viajar ayer al estar cerrado el aeropuerto de Mazo por fuerte viento. Jugadores y cuerpo técnico intentarán viajar hoy, aunque la cosa está complicada.
Ya no sólo es el problema del aeropuerto de salida. El mayor atranco está en cómo llegarían a Santiago desde Madrid, que es a donde vuelan, ya que en estas fechas la mayoría de los vuelos están completos. No obstante, a última hora de ayer todo parecía indicar que, finalmente, los isleños podrían viajar hasta la capital de Galicia.
Si al final logran llegar a Santiago, el Blu:sens Obradoiro despedirá el año en el Multiusos Fontes do Sar (21.00 horas) frente a La Palma en un encuentro que cierra un año de luces y sombras. Un año que vivió lo peor de la temporada pasada, con el descenso de la ACB a la LEB, pero que también vio el nacimiento de un equipo muy potente en la división de plata del baloncesto español.
Un club, el Obradoiro, que cuenta todos sus partidos por victorias en Sar. Y un conjunto que, hasta el viernes pasado, no conocía el sabor de la derrota. Un sabor amargo, siendo además el verdugo uno de los colistas de la clasificación. Pero toca levantarse y regresar a la senda del camino que tantas alegrías y tan pocas frustraciones ha dado al equipo en este comienzo de temporada.
Moncho Fernández podrá contar con toda la plantilla ante un equipo que está en dinámica negativa. No conoce la victoria en el último mes: ha perdido los cinco últimos compromisos de Liga. Pero, no nos engañemos, cuatro de las cinco derrotas han sido por menos de 5 puntos, por lo que aclara que La Palma siempre ha estado en los partidos, hasta el pitido final.
Se trata de un equipo, como decía Fernández en la previa, con trazas de filial. Posee muchos jugadores jóvenes, cedidos, sobre todo del Gran Canaria, que se mezclan con algunos veteranos con horas de vuelo ya en la LEB. Su intensidad atrás y el juego libre en ataque son sus señas de identidad, que derivan en un juego rápido y atractivo para los espectadores.
Su irregularidad, quizá, sea su condena. No son estables, y eso es algo que debe aprovechar el Obradoiro para tomar el mando del encuentro. Además, las cinco derrotas son una losa que puede pesar en la espalda de los isleños, que ven como poco a poco se alejan de la zona noble de la clasificación, contando ahora con siete victorias y siete derrotas.
El Obradoiro, acostumbrado a ganar, debe volver a encontrar el camino, como decía en la previa Moncho Fernández. Sus señas de identidad deben aparecer para volver a ser sólidos en defensa, intensos y valientes, además de tener tranquilidad y buscar al mejor colocado en el cinco para cinco. Las prisas, la ansiedad y la impaciencia corren en su contra en un partido que tienen que ganar en el minuto cuarenta, no en el tres.
Trayectoria
Hay que recordar que la trayectoria del club compostelano es impresionante en esta temporada. Una sola derrota le ha consolidado como el máximo favorito al ascenso, con permiso de otros clubes que han sido construidos también para ese objetivo, como el Murcia o el Cáceres. Pero Chete Pazo y Moncho Fernández pusieron unas vigas sólidas con un buen hormigón para ver como crece un equipo desde la nada, cuando en agosto no estaba fichado ni el primer jugador del equipo. Son un grupo, un equipo, más que figuras, que necesitan unos de otros para ganar. Eso es lo que les ha hecho grandes y es lo que agradece la afición.
Una afición que volverá a llenar el Multiusos Fontes do Sar, otra noche más, para ver a su equipo. Como decía el presidente en la Asamblea del pasado lunes, la afición es el mayor activo del club. Y volverá a responder, a vibrar con el equipo, en una noche mágica que intentará regalar a la hinchada una nueva victoria para despedir el año 2010.
La Palma no es el rival adecuado. Cualquiera te pinta la cara en la LEB Oro, como siempre menciona El Alquimista, y no sin razón. Son un equipo que si tiene un buen día son casi imparables.
PABLO YÁÑEZ SANTIAGO
El partido frente a La Palma está en el aire. El conjunto isleño no pudo viajar ayer al estar cerrado el aeropuerto de Mazo por fuerte viento. Jugadores y cuerpo técnico intentarán viajar hoy, aunque la cosa está complicada.
Ya no sólo es el problema del aeropuerto de salida. El mayor atranco está en cómo llegarían a Santiago desde Madrid, que es a donde vuelan, ya que en estas fechas la mayoría de los vuelos están completos. No obstante, a última hora de ayer todo parecía indicar que, finalmente, los isleños podrían viajar hasta la capital de Galicia.
Si al final logran llegar a Santiago, el Blu:sens Obradoiro despedirá el año en el Multiusos Fontes do Sar (21.00 horas) frente a La Palma en un encuentro que cierra un año de luces y sombras. Un año que vivió lo peor de la temporada pasada, con el descenso de la ACB a la LEB, pero que también vio el nacimiento de un equipo muy potente en la división de plata del baloncesto español.
Un club, el Obradoiro, que cuenta todos sus partidos por victorias en Sar. Y un conjunto que, hasta el viernes pasado, no conocía el sabor de la derrota. Un sabor amargo, siendo además el verdugo uno de los colistas de la clasificación. Pero toca levantarse y regresar a la senda del camino que tantas alegrías y tan pocas frustraciones ha dado al equipo en este comienzo de temporada.
Moncho Fernández podrá contar con toda la plantilla ante un equipo que está en dinámica negativa. No conoce la victoria en el último mes: ha perdido los cinco últimos compromisos de Liga. Pero, no nos engañemos, cuatro de las cinco derrotas han sido por menos de 5 puntos, por lo que aclara que La Palma siempre ha estado en los partidos, hasta el pitido final.
Se trata de un equipo, como decía Fernández en la previa, con trazas de filial. Posee muchos jugadores jóvenes, cedidos, sobre todo del Gran Canaria, que se mezclan con algunos veteranos con horas de vuelo ya en la LEB. Su intensidad atrás y el juego libre en ataque son sus señas de identidad, que derivan en un juego rápido y atractivo para los espectadores.
Su irregularidad, quizá, sea su condena. No son estables, y eso es algo que debe aprovechar el Obradoiro para tomar el mando del encuentro. Además, las cinco derrotas son una losa que puede pesar en la espalda de los isleños, que ven como poco a poco se alejan de la zona noble de la clasificación, contando ahora con siete victorias y siete derrotas.
El Obradoiro, acostumbrado a ganar, debe volver a encontrar el camino, como decía en la previa Moncho Fernández. Sus señas de identidad deben aparecer para volver a ser sólidos en defensa, intensos y valientes, además de tener tranquilidad y buscar al mejor colocado en el cinco para cinco. Las prisas, la ansiedad y la impaciencia corren en su contra en un partido que tienen que ganar en el minuto cuarenta, no en el tres.
Trayectoria
Hay que recordar que la trayectoria del club compostelano es impresionante en esta temporada. Una sola derrota le ha consolidado como el máximo favorito al ascenso, con permiso de otros clubes que han sido construidos también para ese objetivo, como el Murcia o el Cáceres. Pero Chete Pazo y Moncho Fernández pusieron unas vigas sólidas con un buen hormigón para ver como crece un equipo desde la nada, cuando en agosto no estaba fichado ni el primer jugador del equipo. Son un grupo, un equipo, más que figuras, que necesitan unos de otros para ganar. Eso es lo que les ha hecho grandes y es lo que agradece la afición.
Una afición que volverá a llenar el Multiusos Fontes do Sar, otra noche más, para ver a su equipo. Como decía el presidente en la Asamblea del pasado lunes, la afición es el mayor activo del club. Y volverá a responder, a vibrar con el equipo, en una noche mágica que intentará regalar a la hinchada una nueva victoria para despedir el año 2010.
La Palma no es el rival adecuado. Cualquiera te pinta la cara en la LEB Oro, como siempre menciona El Alquimista, y no sin razón. Son un equipo que si tiene un buen día son casi imparables.
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