DIARIO LA REGIÓN: Otra película.
Ilusionante. Poco más se le puede pedir al debut de Paco García. En dos dos días, el equipo parece otro. El equipo ha aprendido a jugar al baloncesto. Ya no es el corazón, la garra y la heróica el recurso prioritario.
Jorge Ron - OURENSE
En cinco minutos, el COB ya había arrancado tres ovaciones por su trabajo defensivo. Al descanso ya se veía que el equipo había pasado de jugar a rachas a dominar claramente a un rival incómodo, al mejor ataque de la Liga. La Palma, que promediaba más de 81 puntos por partido, sufrió para llegar a 60 y en el descanso llevaba 24.
La pócima de García fue clara y visible incluso para los más cerrados de visión y conocimientos de este deporte. En defensa, presión en líneas de pase, trabajo en los bloqueos directos, sacrificio en las ayudas y cierre del rebote. Dicho y hecho.
Los jugadores se pusieron el mono de trabajo y el COB fue por primera vez en la temporada un equipo de LEB Oro durante los 40 minutos de juego.
En ataque, la lectura es todavía más sencilla. Salvo contrataque en superioridad se juega ataque estático. Y la casa se empieza por los cimientos. Una mano amiga pidiendo el balón en la zona no se desprecia. Desde ahí nació el COB. El resto lo hizo el telanto individual, el orden y la generosidad. Las malas rachas, que las hubo pero cortas, se suplieron con un apretón más de tuerca en defensa. Resumen: victoria clara, incuestionable y esperanzadora. Este COB ganará o perderá, pero juega a algo.
La continuidad. No necesitó de arreones de garra para ganar. Tampoco se encomendó a un cara o cruz final. El COB ganó por primera vez mostrándose indiscutiblemente superior y sin bajones.
La defensa. El técnico palmero reconoció que el partido estuvo siempre en el guión que le interesó al COB. La defensa ourensana nunca permitió sentirse cómodo a su rival. Defensa colectiva.
Jorge Ron - OURENSE
En cinco minutos, el COB ya había arrancado tres ovaciones por su trabajo defensivo. Al descanso ya se veía que el equipo había pasado de jugar a rachas a dominar claramente a un rival incómodo, al mejor ataque de la Liga. La Palma, que promediaba más de 81 puntos por partido, sufrió para llegar a 60 y en el descanso llevaba 24.
La pócima de García fue clara y visible incluso para los más cerrados de visión y conocimientos de este deporte. En defensa, presión en líneas de pase, trabajo en los bloqueos directos, sacrificio en las ayudas y cierre del rebote. Dicho y hecho.
Los jugadores se pusieron el mono de trabajo y el COB fue por primera vez en la temporada un equipo de LEB Oro durante los 40 minutos de juego.
En ataque, la lectura es todavía más sencilla. Salvo contrataque en superioridad se juega ataque estático. Y la casa se empieza por los cimientos. Una mano amiga pidiendo el balón en la zona no se desprecia. Desde ahí nació el COB. El resto lo hizo el telanto individual, el orden y la generosidad. Las malas rachas, que las hubo pero cortas, se suplieron con un apretón más de tuerca en defensa. Resumen: victoria clara, incuestionable y esperanzadora. Este COB ganará o perderá, pero juega a algo.
La continuidad. No necesitó de arreones de garra para ganar. Tampoco se encomendó a un cara o cruz final. El COB ganó por primera vez mostrándose indiscutiblemente superior y sin bajones.
La defensa. El técnico palmero reconoció que el partido estuvo siempre en el guión que le interesó al COB. La defensa ourensana nunca permitió sentirse cómodo a su rival. Defensa colectiva.
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