LA OPINIÓN: El Tenerife pasa el rodillo.
El conjunto blanquiazul da una nueva exhibición ofensiva colectiva y pone al UB La Palma al borde del abismo .
CARLOS GARCÍA / LA LAGUNA
El Tenerife Rural no baja el ritmo. El cuadro de Rafa Sanz demostró ayer que está en el buen camino para afrontar los play off por el ascenso con la suficiente entidad para asustar a cualquiera. En su tercera exhibición ofensiva consecutiva, en esta ocasión apelando al espíritu de equipo, el cuadro tinerfeñista pasó el rodillo y dio otro paso hacia la quinta plaza, lo que le permitiría llegar a la primera ronda del ascenso con factor cancha a su favor. Lo malo es que lo hizo el cuadro de Rafa Sanz ante un hermano, el UB La Palma, que ha perdido el gancho de hace un mes y ahora, sin defensa, ve de cerca el descenso. Los visitantes se fueron pronto y acabaron tirándose de los pelos, aunque les queda el consuelo de que lucharon hasta el segundo final.
Los primeros minutos fueron sólo un espejismo de lo que se vería más tarde. Un triple de Edwards y una canasta de Koffi fue casi todo el arsenal mostrado por los palmeros en el primer cuarto. A poco que el Tenerife Rural calentó su diesel, ya no hubo color. De poco sirvió que Suka secara a Barbour. Gimel salió, por fin, con las pilas puestas, González fue imparable de cara a canasta y Lampropoulos se marcó un primer cuarto -10 puntos- made in Lleida.
Domingo Rodríguez empezaba a perderse en protestas a los colegiados, y sus jugadores estaban cada vez menos fluidos en ataque. Algo no funcionaba en los de Miraflores, hasta el punto de que era Suka el hombre liberado para tirar de tres. Los visitantes no daban con su quinteto ideal ante un Tenerife Rural que seguía, sin hacer ruido, camino de su mejor forma para afrontar el play off. Ni Sebas, salido del fondo de armario palmero, daba frutos. Cuando los de la Isla Bonita se dieron cuenta habían encajado un 19-1 y ya perdían 25-6. Y todo, sin un solo punto -ni un tiro a canasta- de Barbour.
La salida de Sala y la presencia de Maras cerca del aro puso en aprietos al cuadro de Rafa Sanz, hasta el punto de que el UB logró un tímido parcial de 0-7 (25-13, 12´). Fue justo antes de la primera técnica con la que los árbitros decidieron obsequiar a Domingo Rodríguez. Y es que los colegiados sólo tardaron otros tres minutos más en indicarle los caminos de los vestuarios al entrenador palmero. El UB quedaba descabezado. De nada sirvieron las espectaculares acciones de Johnson, ni el empeño de Arrocha, ni que los visitantes apretaran atrás. Al Tenerife se le puso la mano tonta y con cuatro triples firmó la sentencia de muerte de su rival (51-26), que a partir de ahí empezó a estar más pendiente de lo que sucedía en las otras canchas de la categoría, que de lo que se le estaba viniendo encima en el Santiago Martín.
La segunda hubiera sobrado salvo por los pequeños detalles que se vieron sobre la cancha. Como el intercambio de triples entre Barbour y Arrocha, algo que no debió sentar bien a el Diablo, que cometió una fea antideportiva sobre el de Kentucky, lo mismo que Torres sobre Lewis. El UB se había desquiciado y no estaba digiriendo bien la derrota contra un adversario, el tinerfeñista que nunca bajó la intensidad y llegó a disfrutar de una renta de 33 puntos (81-48).
Lejos de bajar los brazos y convertir el choque en un esperpento, el cuadro palmero tiró de orgullo y se puso el traje de faena para recortar la diferencia tras un parcial de 12-20 (93-70). Los de Miraflores se lo tomaron como una preparación para la batalla final, la del próximo viernes ante el Bruesa. Al mismo tiempo, el Cantabria ganaba a Los Barrios y dejaba aún más al borde del precipicio al UB. Fue lo que necesitó el Tenerife para volver a subir la intensidad e irse hasta los 11 puntos a la vez que recuperaba a hombres como Lewis y Wachsmann, hace semanas perdidos para la causa y ahora interiores de cierta garantía. Así, al Tenerife rural no lo querrá tener nadie delante.
El Tenerife Rural no baja el ritmo. El cuadro de Rafa Sanz demostró ayer que está en el buen camino para afrontar los play off por el ascenso con la suficiente entidad para asustar a cualquiera. En su tercera exhibición ofensiva consecutiva, en esta ocasión apelando al espíritu de equipo, el cuadro tinerfeñista pasó el rodillo y dio otro paso hacia la quinta plaza, lo que le permitiría llegar a la primera ronda del ascenso con factor cancha a su favor. Lo malo es que lo hizo el cuadro de Rafa Sanz ante un hermano, el UB La Palma, que ha perdido el gancho de hace un mes y ahora, sin defensa, ve de cerca el descenso. Los visitantes se fueron pronto y acabaron tirándose de los pelos, aunque les queda el consuelo de que lucharon hasta el segundo final.
Los primeros minutos fueron sólo un espejismo de lo que se vería más tarde. Un triple de Edwards y una canasta de Koffi fue casi todo el arsenal mostrado por los palmeros en el primer cuarto. A poco que el Tenerife Rural calentó su diesel, ya no hubo color. De poco sirvió que Suka secara a Barbour. Gimel salió, por fin, con las pilas puestas, González fue imparable de cara a canasta y Lampropoulos se marcó un primer cuarto -10 puntos- made in Lleida.
Domingo Rodríguez empezaba a perderse en protestas a los colegiados, y sus jugadores estaban cada vez menos fluidos en ataque. Algo no funcionaba en los de Miraflores, hasta el punto de que era Suka el hombre liberado para tirar de tres. Los visitantes no daban con su quinteto ideal ante un Tenerife Rural que seguía, sin hacer ruido, camino de su mejor forma para afrontar el play off. Ni Sebas, salido del fondo de armario palmero, daba frutos. Cuando los de la Isla Bonita se dieron cuenta habían encajado un 19-1 y ya perdían 25-6. Y todo, sin un solo punto -ni un tiro a canasta- de Barbour.
La salida de Sala y la presencia de Maras cerca del aro puso en aprietos al cuadro de Rafa Sanz, hasta el punto de que el UB logró un tímido parcial de 0-7 (25-13, 12´). Fue justo antes de la primera técnica con la que los árbitros decidieron obsequiar a Domingo Rodríguez. Y es que los colegiados sólo tardaron otros tres minutos más en indicarle los caminos de los vestuarios al entrenador palmero. El UB quedaba descabezado. De nada sirvieron las espectaculares acciones de Johnson, ni el empeño de Arrocha, ni que los visitantes apretaran atrás. Al Tenerife se le puso la mano tonta y con cuatro triples firmó la sentencia de muerte de su rival (51-26), que a partir de ahí empezó a estar más pendiente de lo que sucedía en las otras canchas de la categoría, que de lo que se le estaba viniendo encima en el Santiago Martín.
La segunda hubiera sobrado salvo por los pequeños detalles que se vieron sobre la cancha. Como el intercambio de triples entre Barbour y Arrocha, algo que no debió sentar bien a el Diablo, que cometió una fea antideportiva sobre el de Kentucky, lo mismo que Torres sobre Lewis. El UB se había desquiciado y no estaba digiriendo bien la derrota contra un adversario, el tinerfeñista que nunca bajó la intensidad y llegó a disfrutar de una renta de 33 puntos (81-48).
Lejos de bajar los brazos y convertir el choque en un esperpento, el cuadro palmero tiró de orgullo y se puso el traje de faena para recortar la diferencia tras un parcial de 12-20 (93-70). Los de Miraflores se lo tomaron como una preparación para la batalla final, la del próximo viernes ante el Bruesa. Al mismo tiempo, el Cantabria ganaba a Los Barrios y dejaba aún más al borde del precipicio al UB. Fue lo que necesitó el Tenerife para volver a subir la intensidad e irse hasta los 11 puntos a la vez que recuperaba a hombres como Lewis y Wachsmann, hace semanas perdidos para la causa y ahora interiores de cierta garantía. Así, al Tenerife rural no lo querrá tener nadie delante.
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