EL DIA: La Palma ya no es el "UB", ni pelea ni juega, y agachó la cabeza ante Palma.
Después de lograr la permanencia, los jugadores del representativo palmero han decidido esperar el final de temporada, olvidando que la elástica que se enfundan es orgullo de todo un pueblo. Los baleares, con un gran Roe, fueron pacientes cuando Turner, Koffi y Edwards estuvieron en cancha, y luego acabaron ganando.
FOTO: Pedro Jaubert /ublapalma.blogspot.com
V. MARTÍN, La Palma
S.O.S (que en idioma pijo significa Socorro, Ósea Sálvame). La Palma ya no pelea. Duele decirlo, pero no es un colectivo. Ya no. El "UB" necesita de todos y algunos ya se quitaron la elástica hace algunas semanas. Si ya no la sienten, si se conformaron con la permanencia y se olvidaron del orgullo, que se metan en un taxi, pagado entre todos, y se vayan para sus casas. No es por perder, que Palma sabe jugar, sino porque entristece, te apenas, cuando ves que son pocos los que se tiran al suelo a por un balón, se enfadan en el error o se encaran con un rival que los mira de reojo. Antes, en la derrota, ni cenaban. Ahora... mejor que la liga se acabe. ¡Por Dios! Que termine ya.
Y con todo, aún así, la calidad de Turner, la entrega de Edwards (es americano pero parece que nació en Benahoare) y el protagonismo de Koffi puso a La Palma arriba. Ellos jugaban con cinco americanos, quizás el pasaporte diga lo contrario, tal vez hasta alguno sea español de papeles, pero todos nacieron "cerca" de Florida, y, entre ellos, estaba Roe. El "UB" tomó ventajas. Se fue de diez. Mientras duró el oxígeno, aguantó todas las embestidas y al primer parón ganaba por 16-6.
Palma tenía a Roe. El "niño", que llegaba de Corea, fue para hacer "caja", la pedía, se daba la vuelta y la metía. No importa que lo marcara Wachsmann o Koffi, le daba lo mismo. Se fue en 20 minutos a los 20 puntos. No lo ayudaban mucho, pero el equipo balear aguantaba. Eloy Doce tuvo que tirar de banquillo. Ver a Albert entrar te ilusiona. Recuerdas aquel enorme "5", el mejor nacional de la LEB y te enchufas al partido. Sólo dura un minuto. Esa ilusión se evapora. Ya no es el mismo. ¿Qué tiene?, ni idea. Pero ya no es referencia ni ayudante. Deambula, igual que Mena, que Liñán, que el "pobre" Sestokas... Dan ganas de irse del pabellón. No es una sensación que nace del marcador, La Palma llegó al descanso con un apretado 42-47, simplemente es una vergüenza interna por querer a tu equipo. Al mismo de antaño. Aquel que un día, tras tanto celebrar entre todos, me incluyo, la permanencia, decidió no trabajar. Tirar toalla, banco y camisetas. ¡Que triste!.
Llegó el tercer cuarto. Te sientes como la cenicienta que se fue a las 23.30 por lo feo que era el príncipe. Llegas de palacio y ni le hablas al hada madrina. Empieza. Gracias a Turner, él sí parece querer acabar la temporada a buen nivel... Para qué nombrarles más jugadores. Estuvieron bien los mismos que en la primera parte. ¡Que abajo ellos cogieron 27 rebotes y "nosotros" 19! En fin, lo que les quería contar. Que Massieu, Tutt y Lewis le echaron una mano a Roe. Lo que faltaba. Fue después del minuto 25, más o menos, que tampoco había ganas de mirar al reloj, cuando Palma pegó una estirada.
Justo en ese momento, quizás antes también, te das cuenta que La Palma no juega a nada. A nada. Simplemente busca la inspiración de Sebas, ver si Koffi engancha alguna de media distancia, si Edwards tiene un buen tiro... ¡eso no es baloncesto! Sin mover, sin bloquear, sin defender, sin seleccionar el tiro... Sí, ellos ya iban ganando al final del tercer cuarto. 66-71.
Llega el último "plan". Mira que las cosas, la vida, cambian. La Palma era antes como la primera noche de placer con la parienta y ahora, así pasa el tiempo, es como ir a cenar con la "suegra" (con perdón y mucho respeto). Sabes que vas a perder. ¿Por qué?, Pregúntenle a Doce. Son las caras. El semblante de los jugadores cuando los miras al "hocico". El Palma peleaba, mordía, no es un equipo pero sí un grupo genial de buenos jugadores, mientras que el "UB" miraba el reloj. Esperaba para marcharse. Para irse. Vale que Sebas le pone un poco de orgullo, que Turner es un "maestro" y que Edwards siente lo que hace, pero no es suficiente. Aquel 82-92 final, y no tanto el resultado, te abre las puertas del desanimo...Ya, es verdad, es una crónica tristona, apocada, pero otros ya pondrán los "paños
La Palma CajaCanarias: Koffi (16), Wachsmann (6), Turner (23), Edwards (17), Sestokas (6), -inicial-, Mena (-), Albert (5), Liñán (-), Arrocha (9).
Palma A. Mágica: Roe (34), Lewis (10), Shutte (5), Tutt (14), Massie (24), -inicial-, Ibarra (-), Ramos (2), Sala (-), Pacreu (1) y Miller (2).
Árbitros: Uruñuela y Rial. Muy mal y no parece que sepan mucho más. Excluyeron con cinco faltas al local Wachsmann.
Parciales: 16-6, 24-17, 33-24, 42-45, -descanso-, 53-54, 66-71, 70-77 y 82-92.
Incidencias: Encuentro disputado en el Pabellón Insular de Miraflores ante la presencia de unos 900 espectadores.
FOTO: Pedro Jaubert /ublapalma.blogspot.com
V. MARTÍN, La Palma
S.O.S (que en idioma pijo significa Socorro, Ósea Sálvame). La Palma ya no pelea. Duele decirlo, pero no es un colectivo. Ya no. El "UB" necesita de todos y algunos ya se quitaron la elástica hace algunas semanas. Si ya no la sienten, si se conformaron con la permanencia y se olvidaron del orgullo, que se metan en un taxi, pagado entre todos, y se vayan para sus casas. No es por perder, que Palma sabe jugar, sino porque entristece, te apenas, cuando ves que son pocos los que se tiran al suelo a por un balón, se enfadan en el error o se encaran con un rival que los mira de reojo. Antes, en la derrota, ni cenaban. Ahora... mejor que la liga se acabe. ¡Por Dios! Que termine ya.
Y con todo, aún así, la calidad de Turner, la entrega de Edwards (es americano pero parece que nació en Benahoare) y el protagonismo de Koffi puso a La Palma arriba. Ellos jugaban con cinco americanos, quizás el pasaporte diga lo contrario, tal vez hasta alguno sea español de papeles, pero todos nacieron "cerca" de Florida, y, entre ellos, estaba Roe. El "UB" tomó ventajas. Se fue de diez. Mientras duró el oxígeno, aguantó todas las embestidas y al primer parón ganaba por 16-6.
Palma tenía a Roe. El "niño", que llegaba de Corea, fue para hacer "caja", la pedía, se daba la vuelta y la metía. No importa que lo marcara Wachsmann o Koffi, le daba lo mismo. Se fue en 20 minutos a los 20 puntos. No lo ayudaban mucho, pero el equipo balear aguantaba. Eloy Doce tuvo que tirar de banquillo. Ver a Albert entrar te ilusiona. Recuerdas aquel enorme "5", el mejor nacional de la LEB y te enchufas al partido. Sólo dura un minuto. Esa ilusión se evapora. Ya no es el mismo. ¿Qué tiene?, ni idea. Pero ya no es referencia ni ayudante. Deambula, igual que Mena, que Liñán, que el "pobre" Sestokas... Dan ganas de irse del pabellón. No es una sensación que nace del marcador, La Palma llegó al descanso con un apretado 42-47, simplemente es una vergüenza interna por querer a tu equipo. Al mismo de antaño. Aquel que un día, tras tanto celebrar entre todos, me incluyo, la permanencia, decidió no trabajar. Tirar toalla, banco y camisetas. ¡Que triste!.
Llegó el tercer cuarto. Te sientes como la cenicienta que se fue a las 23.30 por lo feo que era el príncipe. Llegas de palacio y ni le hablas al hada madrina. Empieza. Gracias a Turner, él sí parece querer acabar la temporada a buen nivel... Para qué nombrarles más jugadores. Estuvieron bien los mismos que en la primera parte. ¡Que abajo ellos cogieron 27 rebotes y "nosotros" 19! En fin, lo que les quería contar. Que Massieu, Tutt y Lewis le echaron una mano a Roe. Lo que faltaba. Fue después del minuto 25, más o menos, que tampoco había ganas de mirar al reloj, cuando Palma pegó una estirada.
Justo en ese momento, quizás antes también, te das cuenta que La Palma no juega a nada. A nada. Simplemente busca la inspiración de Sebas, ver si Koffi engancha alguna de media distancia, si Edwards tiene un buen tiro... ¡eso no es baloncesto! Sin mover, sin bloquear, sin defender, sin seleccionar el tiro... Sí, ellos ya iban ganando al final del tercer cuarto. 66-71.
Llega el último "plan". Mira que las cosas, la vida, cambian. La Palma era antes como la primera noche de placer con la parienta y ahora, así pasa el tiempo, es como ir a cenar con la "suegra" (con perdón y mucho respeto). Sabes que vas a perder. ¿Por qué?, Pregúntenle a Doce. Son las caras. El semblante de los jugadores cuando los miras al "hocico". El Palma peleaba, mordía, no es un equipo pero sí un grupo genial de buenos jugadores, mientras que el "UB" miraba el reloj. Esperaba para marcharse. Para irse. Vale que Sebas le pone un poco de orgullo, que Turner es un "maestro" y que Edwards siente lo que hace, pero no es suficiente. Aquel 82-92 final, y no tanto el resultado, te abre las puertas del desanimo...Ya, es verdad, es una crónica tristona, apocada, pero otros ya pondrán los "paños
La Palma CajaCanarias: Koffi (16), Wachsmann (6), Turner (23), Edwards (17), Sestokas (6), -inicial-, Mena (-), Albert (5), Liñán (-), Arrocha (9).
Palma A. Mágica: Roe (34), Lewis (10), Shutte (5), Tutt (14), Massie (24), -inicial-, Ibarra (-), Ramos (2), Sala (-), Pacreu (1) y Miller (2).
Árbitros: Uruñuela y Rial. Muy mal y no parece que sepan mucho más. Excluyeron con cinco faltas al local Wachsmann.
Parciales: 16-6, 24-17, 33-24, 42-45, -descanso-, 53-54, 66-71, 70-77 y 82-92.
Incidencias: Encuentro disputado en el Pabellón Insular de Miraflores ante la presencia de unos 900 espectadores.
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