DIARIO PALENTINO: Sólo hubo un equipo, el UB La Palma.
El equipo palentino fue muy inferior al Unión Baloncesto La Palma a lo largo de los 40 minutos, en los que no dio ninguna sensación de poder optar al triunfo.
David del Olmo
Decía Natxo Lezkano en la previa del encuentro que «la permanencia pasa por nuestro pabellón», comentando lo que seguro trata de inculcar a sus jugadores, que el equipo debe ser competitivo como local, más si cabe que cuando se desplaza, porque los objetivos como el que tiene el Palencia Baloncesto los equipos los consiguen haciéndose fuertes en su cancha.
Todo lo contrario de lo que hizo el conjunto palentino, atenazado de nuevo, cometiendo errores impropios en esta categoría y, lo peor, sin dar en ningún momento sensación de poder competir.
El Unión Baloncesto La Palma dominó el marcador desde los primeros instantes (Palacios colocaba con un tiro libre el 0-1 y desde ese momento la iniciativa correspondió al conjunto canario, cada vez con mayor renta, a medida que avanzaban los minutos). Cierto es que durante los cinco primeros minutos el equipo palentino era capaz de aguantar el ritmo de su rival (12-13, tras canasta de un inspirado, quizá el único en los locales, Carles Bravo).
Pero La Palma anotaba con fluidez y marcaba el tempo del juego, con el estadounidense Román Martínez sumando para los suyos jugada tras jugada. Por si fuera poco, el técnico Carlos Frade situaba en la cancha al veterano Sebas Arrocha, que iniciaba su exhibición desde los 6,75 con el primero de su serie (17-24). Dos tiros libres de San Epifanio dejaban el resultado en el definitivo 19-24 (y eso que Roeland Schaftenaar fallaba un triple sobre la bocina).
Peor le iría a los palentinos en el segundo periodo, dado que en el intercambio de errores con el que comenzó el juego sacaron más provecho los canarios. Porque la primera canasta llegaba a los 2:10 de juego y era un triple del zurdo Román Martínez (que sumaba en ese momento 11 puntos), situando en el marcador el 19-29. Diez puntos de margen que se mantendrían, con el intercambio de canastas, hasta el 23-33 (canasta de Ronald Clark, que ya tenía problemas de faltas, igual que su compañero Garrido). Y es que Palencia tardó 4:45 en anotar (Clark).
La intensidad de los visitantes y sendos triples de Sebas Arrocha le valían a los canarios para conseguir los 20 de ventaja (25-45). Una canasta de Carles Bravo en los instantes finales dejaba el 27-45 al llegar al necesario tiempo de descanso.
En la reanudación el Palencia Baloncesto siguió muy espeso (la defensa de su rival conseguía dificultar la subida del balón y a partir de ahí nada era más fácil en el ataque palentino). Y en defensa el ritmo lo seguía marcando La Palma, anotando con fluidez.
Lo más cerca que estuvo el equipo palentino de su rival en el tercer periodo fueron los 14 puntos (la última vez, con el 42-56 tras una canasta de Tim Frost, que se convertiría una vez más en el único baluarte palentino en el interior de la pintura).
Por si fuera poco, los locales comenzaron a fallar en los tiros libres (los colegiados volvieron a ofrecer un flojísimo arbitraje, como ya es norma habitual en el Marta Domínguez), con lo que la sensación ya era de que el marcador sería escandaloso en su contra. Acababa el tercer periodo, con un triple de Navajas, con 50-67.
Y quedaba el último periodo, donde nada cambió (haciéndose patente la imposibilidad de los locales de acabar con un marcador digno), con el rebote de las dos canastas dominado por los canarios, que siguieron con su ritmo frenético hasta el definitivo 65-88.
Mucho tendrá que mejorar el Palencia Baloncesto, que el próximo fin de semana jugará en Lleida (probablemente ya con Haanpää en sus filas, que no jugó ayer por precaución) y que en su próximo compromiso como local recibirá a otro hueso de la categoría, el Ford Burgos.
Decía Natxo Lezkano en la previa del encuentro que «la permanencia pasa por nuestro pabellón», comentando lo que seguro trata de inculcar a sus jugadores, que el equipo debe ser competitivo como local, más si cabe que cuando se desplaza, porque los objetivos como el que tiene el Palencia Baloncesto los equipos los consiguen haciéndose fuertes en su cancha.
Todo lo contrario de lo que hizo el conjunto palentino, atenazado de nuevo, cometiendo errores impropios en esta categoría y, lo peor, sin dar en ningún momento sensación de poder competir.
El Unión Baloncesto La Palma dominó el marcador desde los primeros instantes (Palacios colocaba con un tiro libre el 0-1 y desde ese momento la iniciativa correspondió al conjunto canario, cada vez con mayor renta, a medida que avanzaban los minutos). Cierto es que durante los cinco primeros minutos el equipo palentino era capaz de aguantar el ritmo de su rival (12-13, tras canasta de un inspirado, quizá el único en los locales, Carles Bravo).
Pero La Palma anotaba con fluidez y marcaba el tempo del juego, con el estadounidense Román Martínez sumando para los suyos jugada tras jugada. Por si fuera poco, el técnico Carlos Frade situaba en la cancha al veterano Sebas Arrocha, que iniciaba su exhibición desde los 6,75 con el primero de su serie (17-24). Dos tiros libres de San Epifanio dejaban el resultado en el definitivo 19-24 (y eso que Roeland Schaftenaar fallaba un triple sobre la bocina).
Peor le iría a los palentinos en el segundo periodo, dado que en el intercambio de errores con el que comenzó el juego sacaron más provecho los canarios. Porque la primera canasta llegaba a los 2:10 de juego y era un triple del zurdo Román Martínez (que sumaba en ese momento 11 puntos), situando en el marcador el 19-29. Diez puntos de margen que se mantendrían, con el intercambio de canastas, hasta el 23-33 (canasta de Ronald Clark, que ya tenía problemas de faltas, igual que su compañero Garrido). Y es que Palencia tardó 4:45 en anotar (Clark).
La intensidad de los visitantes y sendos triples de Sebas Arrocha le valían a los canarios para conseguir los 20 de ventaja (25-45). Una canasta de Carles Bravo en los instantes finales dejaba el 27-45 al llegar al necesario tiempo de descanso.
En la reanudación el Palencia Baloncesto siguió muy espeso (la defensa de su rival conseguía dificultar la subida del balón y a partir de ahí nada era más fácil en el ataque palentino). Y en defensa el ritmo lo seguía marcando La Palma, anotando con fluidez.
Lo más cerca que estuvo el equipo palentino de su rival en el tercer periodo fueron los 14 puntos (la última vez, con el 42-56 tras una canasta de Tim Frost, que se convertiría una vez más en el único baluarte palentino en el interior de la pintura).
Por si fuera poco, los locales comenzaron a fallar en los tiros libres (los colegiados volvieron a ofrecer un flojísimo arbitraje, como ya es norma habitual en el Marta Domínguez), con lo que la sensación ya era de que el marcador sería escandaloso en su contra. Acababa el tercer periodo, con un triple de Navajas, con 50-67.
Y quedaba el último periodo, donde nada cambió (haciéndose patente la imposibilidad de los locales de acabar con un marcador digno), con el rebote de las dos canastas dominado por los canarios, que siguieron con su ritmo frenético hasta el definitivo 65-88.
Mucho tendrá que mejorar el Palencia Baloncesto, que el próximo fin de semana jugará en Lleida (probablemente ya con Haanpää en sus filas, que no jugó ayer por precaución) y que en su próximo compromiso como local recibirá a otro hueso de la categoría, el Ford Burgos.
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