DIARIO ÚLTIMA HORA: Galáctico.
El grupo de Paco Olmos se exhibe y estrena su hoja de victorias ante La Palma, que apenas soporta veinte minutos antes de ceder al vigoroso despliegue local.
Lluís Orfila / MAÓ
Según el guión previsto, el ViveMenorca estrenó su hoja de triunfos en la Adecco Oro ante La Palma (89-62), rival del que se presuponía mayor resistencia. Únicamente hasta el descanso se mantuvo con opciones el grupo de Rafa Sanz, motivado este extremo por su capacidad para dominar al Menorca en la segunda manga, sobretodo en el rebote, aspecto sobre el que los canarios edificaron su chance para tratar de sorprender al equipo de Paco Olmos. No obstante, y gracias a un primoroso tercer cuarto y un mejor inicio del último, en el que los locales escenificaron un cuantioso catálogo de excelencias, la cita resultó liquidada con mucha antelación al bocinazo final.
Defensa, velocidad, un aseado porcentaje de tiro y las prestaciones de Cuthbert Victor y Diego Sánchez (ambos concluyeron como MVP,s de la segunda jornada, repitiendo el caribeño idéntico honor al que ostentó la semana anterior, también compartido en esta oportunidad) ejercieron de pilares para sustentar una victoria que valió para despejar las dudas que el accidentado debut de Cornellà generó. Despertaron Guzmán y Marc Fernández, especialmente en defensa, su gran rémora hasta ahora, y debutaron el joven Iván Llull y el recién fichado Tomasz Kesicki, aunque su aportación no trascendió de testimonial. La realidad del encuentro así lo permitió. En síntesis, esplendoroso triunfo de un Menorca que contó igualmente con su fiel afición, aunque su respaldo no determinó para blindar el sencillo triunfo.
La salida local ya atisbó lo que se avecinaba (7-2 tras triple de Ciorciari), aunque La Palma, con el acierto ofensivo de Palacios y Mena, expuso cierta réplica (14-13). Las imprecisiones empezaron a sucederse en ambos bandos y en los dos tableros, lo que definió el final del primer cuarto con un guarismo parejo (20-16).
Amenazó de fractura el Menorca en la apertura del segundo cuarto pero paradójicamente fue el intervalo en el que más sufrió. Cuthbert, con Guzmán a los mandos -más que correcto el badalonés- lideró un 11-3 de salida (31-19), que motivó al técnico rival, Rafa Sanz, a realizar una llamada a capítulo a los suyos, a lo que continuó un recíproco intercambio desde los 6.75 (Sánchez y Ciorciari por el Menorca, y Arrocha por los canarios). Nuevo tiempo de Sanz, y ahora sí, sus pupilos mostraron reacción, endosando un 0-12 para igualar la cita a un 34-33, insospechado unos minutos antes. Gruber, Palacios y García, los ejecutores en ataque. La superioridad canaria en capturas, otra de las claves para comprender la apretura en el marcador.
Fue la vez de Paco Olmos, que tras solicitar el obligado tiempo muerto, devolvió a pista a Cuthbert, aunque fue Diego Sánchez el que, con ocho puntos seguidos, desatascó el ataque local. La racha anotadora del gijonés se vio interrumpida por una antideportiva a Cuthbert, rentabilizada al máximo por La Palma, que se permitió así alcanzar el intermedio metido de lleno en la lucha (44-39 al descanso). Hasta ahí llegó el equipo palmero, pues la continuación fue intervalo reservado por un Menorca que en múltiples secuencias se asemejó al perfil de equipo que Olmos pretende.
Otegui se asentó en la pintura (ocho puntos en ese espacio en unos pocos minutos), Ciorciari y Umeh movieron en el perímetro y la defensa colectiva hizo el resto. La brecha estaba abierta (57-47, 59-50, 62-50) y únicamente una técnica señalada a Paco Olmos impidió una renta mayor a la conclusión del tercer cuarto (64-52).
Pero la importancia de la penalización al técnico menorquinista significó ínfima, paupérrima. Con un quinteto exclusivamente nacional (Gusi, Marc, Montañana, Sánchez y Otegui) el Menorca se divirtió, se gustó y aplastó a un rival que sólo dio en los intentos lejanos la vía para acercarse, la cual resultó insuficiente e ineficaz. La diferencia en valoración ya era abismal entre los dos equipos (118 a 53 al cierre), el discreto partido de Jan Orfila (5 puntos tan solo para el pívot de Sant Lluís), un botón de muestra del considerable solar que fue el juego interior canario tras el descanso, y un increíble triple de Diego Sánchez desde 10 metros, la espectacular guinda a la exhibición menorquina. La ventaja en el luminoso ya hubo rebasado los 20 (74-52) previamente al inusual acierto del alero gijonés (que fijó el 81-52).
La algarabía colectiva que se vivió en los momentos finales ofreció un solo reproche al Menorca; la escasa aportación de Rashson Turner (4 puntos en 27 minutos). Introducirle en la dinámica de equipo se antoja clave, pues aunque ayer su escasa valoración no influyó en el desenlace, el futuro sí precisará de la mejor versión del interior americano. Con todo, grandísimo Menorca.
Lluís Orfila / MAÓ
Según el guión previsto, el ViveMenorca estrenó su hoja de triunfos en la Adecco Oro ante La Palma (89-62), rival del que se presuponía mayor resistencia. Únicamente hasta el descanso se mantuvo con opciones el grupo de Rafa Sanz, motivado este extremo por su capacidad para dominar al Menorca en la segunda manga, sobretodo en el rebote, aspecto sobre el que los canarios edificaron su chance para tratar de sorprender al equipo de Paco Olmos. No obstante, y gracias a un primoroso tercer cuarto y un mejor inicio del último, en el que los locales escenificaron un cuantioso catálogo de excelencias, la cita resultó liquidada con mucha antelación al bocinazo final.
Defensa, velocidad, un aseado porcentaje de tiro y las prestaciones de Cuthbert Victor y Diego Sánchez (ambos concluyeron como MVP,s de la segunda jornada, repitiendo el caribeño idéntico honor al que ostentó la semana anterior, también compartido en esta oportunidad) ejercieron de pilares para sustentar una victoria que valió para despejar las dudas que el accidentado debut de Cornellà generó. Despertaron Guzmán y Marc Fernández, especialmente en defensa, su gran rémora hasta ahora, y debutaron el joven Iván Llull y el recién fichado Tomasz Kesicki, aunque su aportación no trascendió de testimonial. La realidad del encuentro así lo permitió. En síntesis, esplendoroso triunfo de un Menorca que contó igualmente con su fiel afición, aunque su respaldo no determinó para blindar el sencillo triunfo.
La salida local ya atisbó lo que se avecinaba (7-2 tras triple de Ciorciari), aunque La Palma, con el acierto ofensivo de Palacios y Mena, expuso cierta réplica (14-13). Las imprecisiones empezaron a sucederse en ambos bandos y en los dos tableros, lo que definió el final del primer cuarto con un guarismo parejo (20-16).
Amenazó de fractura el Menorca en la apertura del segundo cuarto pero paradójicamente fue el intervalo en el que más sufrió. Cuthbert, con Guzmán a los mandos -más que correcto el badalonés- lideró un 11-3 de salida (31-19), que motivó al técnico rival, Rafa Sanz, a realizar una llamada a capítulo a los suyos, a lo que continuó un recíproco intercambio desde los 6.75 (Sánchez y Ciorciari por el Menorca, y Arrocha por los canarios). Nuevo tiempo de Sanz, y ahora sí, sus pupilos mostraron reacción, endosando un 0-12 para igualar la cita a un 34-33, insospechado unos minutos antes. Gruber, Palacios y García, los ejecutores en ataque. La superioridad canaria en capturas, otra de las claves para comprender la apretura en el marcador.
Fue la vez de Paco Olmos, que tras solicitar el obligado tiempo muerto, devolvió a pista a Cuthbert, aunque fue Diego Sánchez el que, con ocho puntos seguidos, desatascó el ataque local. La racha anotadora del gijonés se vio interrumpida por una antideportiva a Cuthbert, rentabilizada al máximo por La Palma, que se permitió así alcanzar el intermedio metido de lleno en la lucha (44-39 al descanso). Hasta ahí llegó el equipo palmero, pues la continuación fue intervalo reservado por un Menorca que en múltiples secuencias se asemejó al perfil de equipo que Olmos pretende.
Otegui se asentó en la pintura (ocho puntos en ese espacio en unos pocos minutos), Ciorciari y Umeh movieron en el perímetro y la defensa colectiva hizo el resto. La brecha estaba abierta (57-47, 59-50, 62-50) y únicamente una técnica señalada a Paco Olmos impidió una renta mayor a la conclusión del tercer cuarto (64-52).
Pero la importancia de la penalización al técnico menorquinista significó ínfima, paupérrima. Con un quinteto exclusivamente nacional (Gusi, Marc, Montañana, Sánchez y Otegui) el Menorca se divirtió, se gustó y aplastó a un rival que sólo dio en los intentos lejanos la vía para acercarse, la cual resultó insuficiente e ineficaz. La diferencia en valoración ya era abismal entre los dos equipos (118 a 53 al cierre), el discreto partido de Jan Orfila (5 puntos tan solo para el pívot de Sant Lluís), un botón de muestra del considerable solar que fue el juego interior canario tras el descanso, y un increíble triple de Diego Sánchez desde 10 metros, la espectacular guinda a la exhibición menorquina. La ventaja en el luminoso ya hubo rebasado los 20 (74-52) previamente al inusual acierto del alero gijonés (que fijó el 81-52).
La algarabía colectiva que se vivió en los momentos finales ofreció un solo reproche al Menorca; la escasa aportación de Rashson Turner (4 puntos en 27 minutos). Introducirle en la dinámica de equipo se antoja clave, pues aunque ayer su escasa valoración no influyó en el desenlace, el futuro sí precisará de la mejor versión del interior americano. Con todo, grandísimo Menorca.
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