Con mucha importancia.
LA ENREDADERA,
POR FERNANDO LLOMBET (Entrenador Superior de Baloncesto)
NUEVO enfrentamiento entre dos equipos de la provincia. Esta noche, en Miraflores, UB La Palma y Tenerife Rural se verán las caras en un partido que, en opinión de no pocos, podría traer consecuencias muy dañinas para el que salga peor parado.
Cada vez que toca hablar de un derby, se pretende hacerlo desde la fiesta que supone el colorido en la grada, o la sana rivalidad de ver amigos en ambos lados, e incluso de presumir, a nivel nacional, de ser referente de muchos medios de comunicación y que se hable de baloncesto, al menos en esa jornada.
Sin embargo, las secuelas del último choque de rivalidad han sido más bien negativas y hay quienes deseamos que se evite, a toda costa, un nuevo enfrentamiento porque sostenemos que el daño sería muy superior al posible beneficio.
Al margen del fenomenal ambiente que se vivirá, al menos al principio, en las gradas del recinto palmero hoy, lo que sí parece claro es que el resultado final va a tener una consideración muy relevante, y muchos son los argumentos que fundamentan esta afirmación.
Uno podría estar en que las jornadas que quedan para el final de liga cada vez son menos y las posibilidades de enmendar errores también se reducen. Los palmeros aún sueñan con meterse en "play-off", y para ello deben hacerse fuertes en su cancha y tratar de no perder ningún encuentro más. El Tenerife, con una victoria en las cinco últimas jornadas, ve peligrar un objetivo, del que jamás se había dudado y ese quinto puesto está seriamente amenazado por otros rivales.
Otra consecuencia de un resultado adverso, no sólo estaría en aspectos tangibles sino en sensaciones. Los de Domingo Rodríguez ven más terrenal que nunca la posibilidad de ganarle a un rival por el que se sienten muy usurpados en tiempos pasados, y una victoria les reportaría mucha autoestima y no pocas risas. Para los del Santiago Martín no ganar supondría, al menos para sus aficionados, una importante decepción y no poca preocupación de cara al futuro en la competición. Un triunfo podría devolver algo de tranquilidad y frenar esa presunta pérdida de crédito que parece tener el grupo.
POR FERNANDO LLOMBET (Entrenador Superior de Baloncesto)
NUEVO enfrentamiento entre dos equipos de la provincia. Esta noche, en Miraflores, UB La Palma y Tenerife Rural se verán las caras en un partido que, en opinión de no pocos, podría traer consecuencias muy dañinas para el que salga peor parado.
Cada vez que toca hablar de un derby, se pretende hacerlo desde la fiesta que supone el colorido en la grada, o la sana rivalidad de ver amigos en ambos lados, e incluso de presumir, a nivel nacional, de ser referente de muchos medios de comunicación y que se hable de baloncesto, al menos en esa jornada.
Sin embargo, las secuelas del último choque de rivalidad han sido más bien negativas y hay quienes deseamos que se evite, a toda costa, un nuevo enfrentamiento porque sostenemos que el daño sería muy superior al posible beneficio.
Al margen del fenomenal ambiente que se vivirá, al menos al principio, en las gradas del recinto palmero hoy, lo que sí parece claro es que el resultado final va a tener una consideración muy relevante, y muchos son los argumentos que fundamentan esta afirmación.
Uno podría estar en que las jornadas que quedan para el final de liga cada vez son menos y las posibilidades de enmendar errores también se reducen. Los palmeros aún sueñan con meterse en "play-off", y para ello deben hacerse fuertes en su cancha y tratar de no perder ningún encuentro más. El Tenerife, con una victoria en las cinco últimas jornadas, ve peligrar un objetivo, del que jamás se había dudado y ese quinto puesto está seriamente amenazado por otros rivales.
Otra consecuencia de un resultado adverso, no sólo estaría en aspectos tangibles sino en sensaciones. Los de Domingo Rodríguez ven más terrenal que nunca la posibilidad de ganarle a un rival por el que se sienten muy usurpados en tiempos pasados, y una victoria les reportaría mucha autoestima y no pocas risas. Para los del Santiago Martín no ganar supondría, al menos para sus aficionados, una importante decepción y no poca preocupación de cara al futuro en la competición. Un triunfo podría devolver algo de tranquilidad y frenar esa presunta pérdida de crédito que parece tener el grupo.
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