EUROPA SUR: Más difícil todavía.
Espectacular Los barreños se aferran a una exhibición ofensiva de Richi Guillén y enlazan su sexto triunfo en casa Limitaciones Gonzalo Sánchez se lesiona y fuerza a Jesús Castro a hacer de base; Levi Rost vuelve a actuar de 'cuatro'.
Rubén Almagro / Los Barrios
El Villa sobrevive a las adversidades, que cada vez son mayores, asido a un inmenso Ricardo Guillén, que anoche ofreció su enésimo clinic de cómo debe jugar un líder para evitar la zozobra de los suyos. El tinerfeño asumió los galones de jugador franquicia y encabezó el octavo milagro de un equipo que sigue viviendo por encima de su auténtica realidad. El octavo paso delante de un ejército que regaló una nueva lección de profesionalidad, un término que cuando se habla de los inquilinos de la caseta del Samuel Aguilar debería escribirse siempre en caracteres mayúsculos.
El partido, jugado en un pabellón constituido en un verdadero congelador, puso sobre el parquet todo el calor que le faltaba al ambiente. Lástima que el arbitraje de Tortellá Muns y Quintas Álvarez empobreciese lo que prometía ser un bonito espectáculo. Una cosa es aplicar el reglamento con rigurosidad y otra, muy diferente, caer en el esperpento. Llegó el momento en el que parecían decididos a impedir que los jugadores se mirasen a la cara con alguna dosis de agresividad. Su arbitraje pejiguera alargó la contienda hasta hacerlo inacabable.
El partido lo condujo el equipo de casa, casi siempre, por delante en el luminoso. Al contrario que en Vic salió súper enchufado y se colocó 11-6 pero La Palma es un enemigo valiente y pronto volvió a la pelea, con ramalazos, sólo ramalazos, de calidad de Perico Salas, Yáñez y Terrell.
Bien es cierto que con los pívots locales cargándose de personales muy pronto a Moncho Fernández más que rotar a sus interiores le tocó hacer un sudoku para poder plantar cara en la pintura la mayor parte del tiempo. Es imposible pasar por alto la exhibición de Guillén, pero tampoco debe quedar desapercibida las prestaciones aportadas desde el banquillo. Hasta jugó cinco minutos Marc Picó, que estuvo aseado y otros tantos Levi Rost. Una pena, porque lo estaba haciendo muy bien de alero.
Como a perro flaco ya se sabe… con apenas seis minutos sobre la pista el granadino Gonzalo Sánchez pisó mal y tuvo que ser relevado con problemas en la rodilla. No volvió a la cancha. Sin él y sin Eric Sánchez -de paisano- el Villa se quedaba con un solo base para más de medio partido. Otro reto eso de afrontar un partido con sólo nueve hábiles.
El 44-44 del descanso era el reflejo de que el comienzo brilllante de los de casa había tenido después un ligero eclipse.
Los gualdiverdes empezaban a verle las orejitas al lobo (57-61 a falta de 1'39 para el final de la tercera manga) cuando los árbitros echaron una mano. Compensaron una técnica estúpida señalada a Moncho Fernández con otra, igual de desconcertante, a Domingo Rodríguez. Guillén abrió la chistera, anotó cuatro tiros libres seguidos y antes de que finalizara el cuarto Jesús Castro y el propio MVP habían volteado el marcador.
Los últimos diez minutos comenzaban con 65-62. Y fueron, con creces, lo mejor. O por lo menos, lo más apasionante. Fue cuando Los Barrios hizo más de Los Barrios. Cuando abandonó los argumentos para basar su crecimiento en el amor propio… y en Richi. Siempre Richi. El público, poco pero entregado, apostó por el triunfo y ayudó a los suyos a defender al final, cuando La Palma se cegó queriendo resolver a lo loco y facilitó el triunfo de los de casa.
El Villa suma ocho victorias en doce jornadas y sigue agrandándose frente a las dificultades. Está visto que en esto del baloncesto no todos los milagros se producen antes de Navidad.
LOS BARRIOS: Richi Guillén (31), Levi Rost (12), Jesús Castro (8), Antxón Iturbe (-) y Javier Vallmajó (6) --quinteto inicial--, Marc Picó (-), Gonzalo Sánchez (-), Alejandro Alba (8), Ross Scharaeder (9) y Jesús Chagoyen (9).
UB LA PALMA: Pedro Sala (12), Nacho Yáñez (13), Pavel Ermolinski (8), Thomas Terrell (13) y Martin Kohlmaier (2) --equipo inicial--, Francis Koffi (14), Marcos Suka-Umu (3), Sebas Arrocha (5), Matt Shaw (4), Carlos Canals (1) y Fred Jönzen (4).
PARCIALES. 30-24, 44-44 (descanso), 65-62 y 83-79 (final).
ÁRBITROS. Marc Tortellá y Asier Quintas.
INCIDENCIAS. Pabellón Soldado Samuel Aguilar, ante unos 300 espectadores.
Rubén Almagro / Los Barrios
El Villa sobrevive a las adversidades, que cada vez son mayores, asido a un inmenso Ricardo Guillén, que anoche ofreció su enésimo clinic de cómo debe jugar un líder para evitar la zozobra de los suyos. El tinerfeño asumió los galones de jugador franquicia y encabezó el octavo milagro de un equipo que sigue viviendo por encima de su auténtica realidad. El octavo paso delante de un ejército que regaló una nueva lección de profesionalidad, un término que cuando se habla de los inquilinos de la caseta del Samuel Aguilar debería escribirse siempre en caracteres mayúsculos.
El partido, jugado en un pabellón constituido en un verdadero congelador, puso sobre el parquet todo el calor que le faltaba al ambiente. Lástima que el arbitraje de Tortellá Muns y Quintas Álvarez empobreciese lo que prometía ser un bonito espectáculo. Una cosa es aplicar el reglamento con rigurosidad y otra, muy diferente, caer en el esperpento. Llegó el momento en el que parecían decididos a impedir que los jugadores se mirasen a la cara con alguna dosis de agresividad. Su arbitraje pejiguera alargó la contienda hasta hacerlo inacabable.
El partido lo condujo el equipo de casa, casi siempre, por delante en el luminoso. Al contrario que en Vic salió súper enchufado y se colocó 11-6 pero La Palma es un enemigo valiente y pronto volvió a la pelea, con ramalazos, sólo ramalazos, de calidad de Perico Salas, Yáñez y Terrell.
Bien es cierto que con los pívots locales cargándose de personales muy pronto a Moncho Fernández más que rotar a sus interiores le tocó hacer un sudoku para poder plantar cara en la pintura la mayor parte del tiempo. Es imposible pasar por alto la exhibición de Guillén, pero tampoco debe quedar desapercibida las prestaciones aportadas desde el banquillo. Hasta jugó cinco minutos Marc Picó, que estuvo aseado y otros tantos Levi Rost. Una pena, porque lo estaba haciendo muy bien de alero.
Como a perro flaco ya se sabe… con apenas seis minutos sobre la pista el granadino Gonzalo Sánchez pisó mal y tuvo que ser relevado con problemas en la rodilla. No volvió a la cancha. Sin él y sin Eric Sánchez -de paisano- el Villa se quedaba con un solo base para más de medio partido. Otro reto eso de afrontar un partido con sólo nueve hábiles.
El 44-44 del descanso era el reflejo de que el comienzo brilllante de los de casa había tenido después un ligero eclipse.
Los gualdiverdes empezaban a verle las orejitas al lobo (57-61 a falta de 1'39 para el final de la tercera manga) cuando los árbitros echaron una mano. Compensaron una técnica estúpida señalada a Moncho Fernández con otra, igual de desconcertante, a Domingo Rodríguez. Guillén abrió la chistera, anotó cuatro tiros libres seguidos y antes de que finalizara el cuarto Jesús Castro y el propio MVP habían volteado el marcador.
Los últimos diez minutos comenzaban con 65-62. Y fueron, con creces, lo mejor. O por lo menos, lo más apasionante. Fue cuando Los Barrios hizo más de Los Barrios. Cuando abandonó los argumentos para basar su crecimiento en el amor propio… y en Richi. Siempre Richi. El público, poco pero entregado, apostó por el triunfo y ayudó a los suyos a defender al final, cuando La Palma se cegó queriendo resolver a lo loco y facilitó el triunfo de los de casa.
El Villa suma ocho victorias en doce jornadas y sigue agrandándose frente a las dificultades. Está visto que en esto del baloncesto no todos los milagros se producen antes de Navidad.
LOS BARRIOS: Richi Guillén (31), Levi Rost (12), Jesús Castro (8), Antxón Iturbe (-) y Javier Vallmajó (6) --quinteto inicial--, Marc Picó (-), Gonzalo Sánchez (-), Alejandro Alba (8), Ross Scharaeder (9) y Jesús Chagoyen (9).
UB LA PALMA: Pedro Sala (12), Nacho Yáñez (13), Pavel Ermolinski (8), Thomas Terrell (13) y Martin Kohlmaier (2) --equipo inicial--, Francis Koffi (14), Marcos Suka-Umu (3), Sebas Arrocha (5), Matt Shaw (4), Carlos Canals (1) y Fred Jönzen (4).
PARCIALES. 30-24, 44-44 (descanso), 65-62 y 83-79 (final).
ÁRBITROS. Marc Tortellá y Asier Quintas.
INCIDENCIAS. Pabellón Soldado Samuel Aguilar, ante unos 300 espectadores.
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