EL PERIÓDICO DE ARAGÓN: Disfraz de carnaval.
FOTO: basket-zaragoza.com
SERGIO PÉREZ / ZARAGOZA
Si el CAI Zaragoza juega una primera parte tan espesa y aburrida como la de ayer, en la que apunta al aro del rival con una escopeta de ferias (8% en los triples y 48% en los lanzamientos de dos) y, medio adormilado, medio bostezando, todavía se retira al descanso con una ventaja de seis puntos (40-34), el resultado final sólo puede ser el que fue contra La Palma: una victoria fea, pero extremadamente confortable (92-72). Para sumar el decimoquinto triunfo de la temporada y mantener en el liderato la ventaja de un partido con el Bruesa, que vapuleó al Tenerife (102-76), el equipo de Curro Segura se disfrazó en carnaval con su traje más desaliñado. Con cuatro trapos mal puestos le fue suficiente para desembarazarse del UB La Palma, el colista de la Liga LEB con tres tristes victorias y quince derrotas.
Cuando un equipo no ha ganado ni un partido como visitante, caso del conjunto canario, que ha encadenado diez derrotas consecutivas fuera de casa, y otro, como el CAI, comanda la categoría con mano de hierro y ha levantado una fortaleza en su propio pabellón, la incertidumbre por el resultado desaparece incluso cuando las ventajas son cortas durante el encuentro. Ni más ni menos, eso es lo que ocurrió ayer. El UB La Palma intentó agarrarse a la cornisa del marcador como un equilibrista, mantuvo al CAI a tiro de piedra durante 25 minutos y acabó cayendo por el precipicio de sus propias limitaciones cuando la carretera se empinó en el último puerto.
JUEGO POBRE El equipo aragonés disputó una primera parte pobre. Estuvo frío, muy desacertado y sin la chispa que ha encendido su juego otras noches. Gracias a la endeblez de su enemigo, pudo marcharse a los vestuarios a reflexionar con una mínima ventaja (40-34), a pesar de haber malgastado un 11-0 (28-19, en el minuto 15) y un carrusel de faltas a favor que los árbitros utilizaron para lavar su mala conciencia del primer cuarto.
Para entonces ya había quedado claro que Segura volvía a estar enfadado con Starosta, al que no perdona su blandura defensiva y al que mandó otro mensaje público y subliminal en la rueda de prensa posterior al partido. El técnico dijo que Mike Higgins ya está capacitado para competirle los minutos al checo: ayer, el abuelo de Colorado disputó 20 y Starosta, 14. A buen entendedor, pocas palabras bastan.
Con Starosta más tiempo sentado en el banquillo que en la pista, purgando sus pecados defensivos y con el ciclón Phillip de vuelta en la cancha tras un descanso obligado por sus tres faltas personales, el encuentro se acabó. El CAI continuó sin parecerse a sí mismo, pero la pericia de D-P en el rebote ofensivo y su capacidad para anotar en posiciones cercanas al aro aniquilaron la batalla. El inglés convirtió diez puntos en el tercer cuarto y un extraordinario Brown, con otros cinco, redujeron la oposición del UB La Palma, que cayó rendido definitivamente cuando su entrenador vio una técnica en el minuto 30 y la ventaja se estiró hasta los quince puntos (70-55).
ADORNOS El último parcial sirvió para reconocer como un ejemplo de vestuario a Victoriano, que jugó a un buen nivel con el tabique nasal roto, para comprender que Turner es la sombra de sí mismo y para que el CAI se adornara. Ni siquiera los árbitros, capaces de hacer que se lanzaran 72 tiros libres con un desafinado concierto de pito, pudieron impedir que el público se divirtiera con un alley-hoop de Óscar que Brown convirtió en un mate magnífico y en la guinda de la victoria.
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